Estocolmo me sorprendió mucho. Pensaba que sería la típica ciudad del centro y norte de Europa, medieval, ordenada, limpia, sosegada… y nos encontramos una ciudad de gran vitalidad, repleta de edificios modernos. Pensaba que sería una ciudad tipo Praga, y ha resultado ser tipo Berlín. O, más bien, una combinación perfecta entre esos dos estilos.
La ciudad se ubica en un lugar imposible, en una zona de islas y canales situada entre un gran lago (Mälaren) y el mar Báltico. Estocolmo se asienta sobre catorce de esas islas.
El centro histórico de la ciudad -la parte medieval, o ciudad tipo Praga-, recibe el nombre de Gamla Stan, y ocupa una pequeña isla. A diferencia de otras ciudades europeas, en las cuales el centro histórico continúa siendo la cabeza de la actividad comercial y de servicios, en el caso de Estocolmo me pareció que ese centro se encontraba algo “desconectado” del resto de la ciudad.. no físicamente, pues son numerosos los puentes que permiten acceder a la isla, sino en lo relativo a la actividad diaria de la ciudad. Es una zona preciosa, aunque centrada casi por completo en el turismo y todos los servicios que éste lleva aparejados –tiendas de recuerdos, restaurantes..-
(Esta última la pongo para Myriam, que siempre protesta porque no subo fotos de humanos).
La parte moderna –o ciudad tipo Berlín- surgió después de la Segunda Guerra Mundial. Aunque Suecia no se vio afectada, ni se encontraban en ruinas sectores enteros de la ciudad, actuaron como si así fuera y demolieron muchos edificios antiguos para modernizar la ciudad. Las dos primeras fotos siguientes son del punto central de esta zona moderna, una plaza llena de vida tanto de día como de noche.
Podríamos hablar de una tercera parte de la ciudad, que sería la de los edificios de buena calidad constructiva y no demasiado antiguos (alrededor s. XIX), que no fueron demolidos y ahí han quedado como recuerdo de una época de abundancia.
Y poco más voy a contar en esta entrada, porque Estocolmo es una ciudad con tantas cosas interesantes que ver y hacer, e hice tantas fotos en los cinco días que allí pasamos, que se me hace un mundo desarrollar ahora una exposición más exhaustiva. Ya contaré algo más en otro momento, o subiré alguna otra foto. Como, por ejemplo, esta última: en el pequeño montículo que puede apreciarse en el centro de la imagen siguiente, se encuentran las pistas de esquí de la ciudad… ¡una estación de esquí sin montaña!