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domingo, 3 de marzo de 2013

En diferido..

Un reciente cortometraje sobre la más rabiosa actualidad nacional..


martes, 12 de junio de 2012

Woody Allen: "La última noche de Boris Grushenko"


La primera parte del relato de Bradbury que colgué en otro día en Textos Robados, me recordó mucho, según lo leí, a una escena de la película de Woody Allen llamada “Love and Death” (1975), que fue titulada en España como “La última noche de Boris Grushenko”. En concreto, a la escena en la que su familia y amigos le exigen marchar a la guerra con alegría. 

Rebuscando en youtube esa escena para subirla aquí, he descubierto que está colgada ¡la película entera!, en su versión doblada al español. Aquí la traigo, una hora y veinte minutos de vídeo, nada más y nada menes. Recomiendo a los lectores que se paren a mirar algo menos de diez minutos de la película, los que transcurren entre 6:00 y 15:40, pues en ese corto espacio de tiempo transcurren tres escenas geniales: 

6:00 – 10:40.- Presentación de los hermanos Grushenko, y diálogo magnífico entre Boris (Woody Allen) y su prima Sonia (Diane Keaton). A las chicas no hay quien las entienda.. 

 10:40 – 13:15.- A continuación viene la escena que recordé al leer el relato de Bradbury. Napoleón ha invadido Rusia, y todo el mundo desea ir al frente… menos Boris, que tiene miedo. Es un cobarde, “pero un cobarde militante” 

13:15.- 15:40.- Finalmente, la escena en la que Boris se alista en el ejército y comienza su instrucción. Esta escena es más chorra, pero tiene algunos golpes buenos: “-¿Quieres una expulsión deshonrosa? -Eso.., o la licencia”



Este vídeo volará pronto de youtube, me temo; es demasiado bueno.

martes, 27 de septiembre de 2011

Cine, música, y concurso

Una escena de la película "Dos hombres y un destino", en la cual Paul Newman y Robert Redford mantienen una divertida conversación en perfecto castellano. Sonido típico de los años setenta.



(¡eres un iluso!, jeje)

A continuación, de la misma peli, la escena de la bicicleta. Un poco de alegría y optimismo para estos tiempos que corren.



Y finalmente, el concurso. En este segundo vídeo, he detectado un error importante. ¿Alguien más lo ve?

miércoles, 6 de abril de 2011

martes, 28 de diciembre de 2010

Ante todo, no confesar

Divertida escena de la película argentina, "El Secreto de sus ojos".

Los funcionarios del juzgado habían estado investigando un asunto, en contra de las instrucciones recibidas del juez. Éste lo descubre... y se arma el Belén:

sábado, 31 de julio de 2010

Normandía - 6 de junio de 1999

Ayer pusieron en la tele (pa la teleeeeeeeee...) la película “Salvar al soldado Ryan”, de Spielberg, lo que me ha dado la idea para esta entrada.

Esta película, estrenada en el año 1998, puso de moda la historia del desembarco de Normandía. El día 6 de junio del año siguiente se celebró el 65º aniversario del desembarco, y como ese día coincidió con un fin de semana, me fui para allá con un amigo, a curiosear. Esta es la historia resumida de ese viaje.

¿Alguien se acuerda de las antiguas carreteras nacionales? He aquí la primitiva Nacional I empaquetada de camiones, pasando el puerto de Echegárate en el viaje de ida:

Para ese viaje me dio por comprarme un carrete en blanco y negro, no sé qué ataque raro me dio. Puede que sea el único que he comprado de ese tipo en mi vida. Fue una prueba que no me terminó de convencer… salvo para retratos o algunas fotos muy especiales, no creo que el blanco y negro supere al color.

Salimos de Madrid de buena mañana, y paramos a comer en un restaurante que entonces acababa de abrir, llamado Mugaritz, situado en el pueblo de Rentería, cerca de San Sebastián. Una parte importante del viaje era darnos un pequeño homenaje gastronómico en este restaurante que nos pillaba de camino. El sitio ya prometía desde sus inicios, y ha ido ganando fama desde entonces. Salió en prensa hace unos meses que se les había quemado la cocina, pero creo que ya han vuelto a abrir. Nos costó dar con él porque no estaba anunciado por ningún lado, seguramente por lo reciente de su inauguración. No se encuentra en la parte horrorosa de Rentería próxima a la vieja Nacional I, sino en un caserío perdido por unas montañas idílicas del interior. Este es el restaurante:

Nos íbamos alternando en la conducción, por lo que podríamos haber llegado a nuestro destino de una tirada si nos lo hubiésemos propuesto (y no nos hubiésemos atravesado una comilona en el Mugaritz, claro está). Pero como tampoco hay que pasarse, paramos a dormir en Nantes, ciudad a la que llegamos antes de anochecer. Allí le hice esta foto a la típica boulangerie/patisserie francesa.

Al día siguiente, ya en Normandía, fuimos a visitar Mont Saint-Michel, un lugar espectacular. Se trata de un montículo situado en una zona inundable por las mareas, a escasos kilómetros de la costa. Por alguna razón que desconozco, las mareas en esa costa tienen una enorme amplitud (¿será que la Luna mira más atentamente hacia Normandía?). Sobre ese montículo se construyó hace siglos una abadía, y a su alrededor surgió un pueblo diminuto.

Entre la cámara, el carrete, y el escáner que he usado para digitalizarlas, las fotos que hice, especialmente cuando se trata de paisajes, son una birria; afortunadamente no soy el único que ha hecho fotos de Mont Saint-Michel.


Las casas que rodean la base de la abadía son las típicas edificaciones medievales de cuento de hadas, apretujadas entre si y separadas por estrechas calles. La única pega del lugar es que no ves pasar por las calles un carro de bueyes cargado de paja, ni un verdugo con caperuza negra y un hacha en la mano, ni te quieren vender cabezas de pollo recién cortadas, ni las amas de casa te vacían encima cubos de excrementos desde las ventanas… nada de imágenes entrañables como esas, allí las únicas actividades que se desarrollan son la venta de camisetas y postales del lugar, y el suministro de comida rápida para el turista.

Cuando digo que las calles son estrechas, no exagero. Ahí estoy parado en todo el centro de una vía pública transitable. Y eso que soy un tirillas, que más de uno por esa calle no pasa.

Saliendo de Mont Saint-Michel nos llevamos la sorpresa de encontrarnos con un jeep americano de la Segunda Guerra Mundial. “Uno que se ha vuelto loco”, pensamos...

Pues no, no era “uno”. Como pudimos comprobar durante el resto del viaje, resulta que hay mucha gente que se dedica a recuperar y coleccionar vehículos militares, material y uniformes de esa época… y los saca a orearse con ocasión de los aniversarios que se producen.




Clara tiene la teoría de que detrás de cada estupidez humana, casi siempre se encuentra una persona del género masculino. Si te paras a verificar esa teoría, descubres que resulta básicamente cierta. No obstante, tengo una matización que hacer importante: nacer para morir es la Tontería Suprema, nada hay más estúpido; por lo tanto, una vez que estamos embarcados en ese proceso de Tontería Suprema, no creo que sea objetable ninguna acción humana que entretenga a su autor y no le haga daño a nadie… al menos nunca será tan estúpida como la propia vida.

Huelga decir que la mayor parte de los aficionados a esta especie de guerravestismo eran hombres, pero lo cierto es que también había algunas mujeres entre ellos, de ese tipo de mujeres capaces de aceptar y hacer suya la tontería de sus maridos.

Y otra cosa, ¿no tiene todo esto alguna semejanza con las fiestas de Moros y Cristianos?

También vimos por allí a veteranos de guerra. Este primero estaba en un gran Museo sobre el desembarco que existe en la ciudad de Caen. Visto así en la foto parece que formase parte de la exposición, pero no, era un señor mayor que estaba descansando.

Y este segundo era un veterano de los Rangers que explicaba a los turistas que le rodeaban el asalto a Point du Hoc –un promontorio a la derecha (según desembarca uno, je) de la playa de Omaha- en el que habría participado.

Esta es la playa de Sword, a la que llegaron los ingleses. Junto a esta playa hay un par de pueblecitos, cuyos habitantes tuvieron que pasarlo bastante mal el día de marras.

Esta es la visión de la misma playa de Sword que se tiene desde un bunker alemán, que todavía se conserva.

Cerca de la playa de Sword se encuentra Pegasus Bridge, un puente que capturaron los ingleses con planeadores la noche anterior al desembarco (debe ser el evento que inspira la secuencia final de Salvar al Soldado Ryan).

Esta es la famosa playa de Omaha, la que sale en la primera parte de la película. Todavía queda algún resto de guerra.


Y termino con la parte triste y desgraciada del asunto. Este es el cementerio americano en Colleville-sur-Mer (el que sale al principio y al final de la película), situado junto a la misma playa de Omaha.

Este es el cementerio alemán de La Cambe, en Bayeux.

Y esta última foto la tomé en el cementerio alemán de Mont-de-Huisnes, próximo a Mont Saint Michel.

sábado, 30 de enero de 2010

Balada triste de trompeta

En Madrid no es insólito que te topes por la calle con el rodaje de una película, especialmente cuando paseas por barrios céntricos pero poco frecuentados. Hace dos viernes (22/01/2010) me ocurrió otra vez. Pero en esta ocasión no se trataba del habitual grupito de personas reunidas alrededor de una cámara, una mesa con café y bocadillos, y un camión con generador eléctrico. Nada de eso. Habían cortado un tramo de calle a lo largo de toda una manzana, y lo habían convertido en poco menos que una zona guerra: un gran socavón, coches antiguos destrozados, adoquines, tierra y alquitrán por todas partes, y una columna de humo. Tomé con el móvil algunas fotos para enseñaros el bochinche que había allí montado:


Mi camino me llevaba hacia el otro lado de la manzana, de forma que la rodeé por una calle paralela y aproveché para curiosear la misma escena desde el otro lado de la calle. Por esa parte habían despejado la calzada de coches, salvo algunos que podéis ver en la foto que también hice:

Nada más ver la primera escena ya me imaginé de qué iba todo el asunto. El Dodge Dart negro aparcado en el otro lado de la calle, me lo vino a confirmar: estaban escenificando el asesinato de Carrero Blanco.

(Otra nota para los lectores extranjeros: Carrero Blanco era presidente del gobierno poco antes de la muerte de Franco. Le mató la ETA haciendo estallar una bomba enterrada en el suelo al paso de su coche oficial –que era un Dodge Dart negro-. El coche salió volando, superó un edificio de siete pisos y fue a caer en un patio interior que pertenecía, si no recuerdo mal, a la parroquia de los Jesuitas en Serrano –que es justamente de donde venía Carrero, de misa-).

Este atentado ocurrió en diciembre de 1973. Yo tenía cinco años, y es el primer recuerdo que tengo relacionado con la política. Mi padre me llevó con él a ver el lugar de los hechos, pues no se encontraba lejos de casa. Os podéis suponer lo fascinante que podía ser, para un niño de cinco años, ver un gran socavón en la calle y escuchar que un coche había salido volando desde allí mismo hasta alcanzar la altura de un séptimo piso… las personas que iban dentro, o el cargo que ocupaba una de ellas, eran cuestiones de mayores que no me preocupaban; pero que un coche volara... ¡eso sí que era importante!

Esta semana he conocido el título de la película que se estaba grabando, gracias a un artículo que ha salido en prensa: se llamará “Balada triste de trompeta”, dirigida por Alex de la Iglesia.
De manera que aquí os he anticipado, en primicia mundial, una escena de esta nueva película (como ya hacía con “Cartas a Julieta”, ¿os acordáis?). Esto lleva camino de convertirse en un blog de culto para cinéfilos, jeje..

domingo, 18 de octubre de 2009

Malditos bastardos


Aunque quizás sea un poco tarde, pues ya debe estar desapareciendo de las carteleras, haré una reseña sobre la película de Quentin Tarantino “Malditos bastardos”, que fuimos a ver la semana pasada.

No es tan recomendable como “El secreto de sus ojos” porque tiene escenas de gran violencia que llegan a resultar desagradables.

Sin embargo, hay algo que me ha gustado mucho en esta película, y que también detecté en la otra película que recuerdo haber visto de Tarantino, “Pulp Fiction”: que respeta la realidad, en lo que se refiere a la aleatoriedad de la vida y la muerte.

Me explico. En todas las películas “normales”, está siempre muy claro quién debe vivir y quién debe morir. La muerte no aparece de forma aleatoria, sino cumpliendo unas estrictas reglas cinematográficas: los buenos sólo mueren cuando el guión lo exige para dar pie a una venganza, a una nueva historia de amor, etc… los malos mueren siempre al final, y de forma más terrible cuanto más malos hayan sido en la película.

La realidad, como todos sabemos, no es así. En la realidad, la muerte afecta por igual a los buenos y a los malos, y sobreviene para todos en el momento más inesperado. En esta película, como en Pulp Fiction, ocurre así, y es lo que la hace, para mí, interesante (aunque se me podrá decir que para eso vamos al cine, para escapar de la triste realidad... pues también es verdad).

De la misma forma, al igual que en la realidad los malos no son necesariamente antipáticos, en esta película el malo-malísimo resulta ser un tipo muy simpático (o si no “simpático”, cuando menos bastante gracioso y divertido).

De todos los actores, quien menos me ha gustado es Brad Pitt (va a parecer que le tengo manía a los actores principales, pero no es así). Es un problema de casting; su personaje responde al estereotipo de “paleto blanco del sur” (esto es, un “redneck” -cuellorojo- de manual, como allí se les conoce) y Brad Pitt simplemente no encaja en el papel, pues se nota a la legua que está actuando, tratando de imitar una actitud y un acento que no son los suyos. Aparte del problema implícito en todos los actores conocidos: que como espectador te cuesta meterles en el papel (un oficial americano, en este caso), porque sabes perfectamente que quien está ahí delante no es ningún oficial ni nada que se le parezca, es Brad Pitt el de la Jolie.

martes, 6 de octubre de 2009

El secreto de sus ojos


La semana pasada fuimos a ver El secreto de sus ojos, una película argentina. Como mucha otra gente, voy a ver casi siempre películas americanas (estadounidenses, debería decir), por lo que cuando veo una película de otra nacionalidad distinta, siento, ya de entrada, la agradable sensación de introducirme en una realidad social desconocida.

La película relata dos historias (que no voy a contar, por supuesto) de forma convincente (salvo por algunos pequeños flecos sueltos). Los actores también me han gustado mucho, salvo, quizás, el principal (Roberto Darín), que me pareció un poco inexpresivo.

Una de las historias que se cuentan pretende trasladar al público una reflexión, que vendría a ser la siguiente: en las decisiones importantes debes dejarte guiar por tu instinto y hacer lo que sientas que debes hacer; y no dejarte condicionar por las pasajeras circunstancias del momento. Pues esas decisiones son al final las que marcan toda una vida, y con el paso del tiempo te puedes encontrar –ya sin posible marcha atrás- que no eres lo que realmente habrías querido ser, sino lo que determinó cualquier pequeña e intrascendente circunstancia ya completamente olvidada.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Cartas a Julieta

Paseando por Nueva York, nos topamos con la grabación de una película. Fue en un pequeño parque (Bryant Park) que existe a las espaldas de la Biblioteca Pública de la Quinta Avenida. Aquí os pongo una foto del lugar (la Biblioteca es el edificio con arcos de la derecha):

El equipo de rodaje lo formaban los dos grupos de personas que se ven a la izquierda en la foto (en segundo plano, y al fondo). No permitían el acceso al césped, por lo que todos los curiosos estábamos sentados en torno al mismo, en bancos o en sillas como esas que aparecen en primer plano.

La gente que sale en la foto dentro del césped eran extras, que se mantenían quietos en la misma posición. Las cuatro o cinco veces que dieron la voz de “acción” para rodar la escena, comenzaban todos a moverse siguiendo la pauta que les habían indicado, como estatuas que repentinamente cobrasen vida. Por allí, medio tirado en una esquina, se encontraba este cartel que os muestro a continuación:


El cartel dice lo siguiente: “Noticia al público. Verona Productions filmará hoy aquí una película, que se pretende titular Cartas a Julieta. Con su entrada y presencia aquí, usted consiente ser fotografiado y filmado, y reconoce que tales fotografías y películas de usted son propiedad de Verona Producciones, y pueden ser utilizadas en todo y en cualquier medio, en el universo y a perpetuidad. Usted entiende que toda fotografía y filmación será hecha en la confianza de este consentimiento que usted presta. Si no quiere ser filmado, no entre en esta zona.”

Eso es ser concienzudo, sí señor.

En contrapartida a esta cesión de derechos supuse, por mi parte, que ellos me cedían también los suyos, así que tomé alguna foto de la escena que se estaba rodando. Estaba todo el mundo haciendo fotos, así que no creo que pongan inconveniente para que os adelante, en primicia mundial, algo de la película…

…aunque bien poco, pues para que saliera la cara de la chica que actuaba como protagonista (la rubia del centro, naturalmente) tuve que esperar a que terminara la escena y se diera la vuelta; y como no llevaba el objetivo de 200mm, he tenido que ampliar la foto y recortarla para que se vea aquí.

Nos pareció in situ que era la actriz que salía en “Mamma Mía”… y efectivamente es así. Buscando ahora en internet he visto que la película tiene su estreno previsto para 2010, y su reparto lo forman Amanda Seyfried (la de la foto), Gael García Bernal, Vanessa Redgrave y Franco Nero.

Y aquí estamos Clara y yo, deseando ver la película para comprobar si hemos salido al fondo de la imagen –me parece posible, pues estábamos en el tiro de la cámara-, si en tal caso hemos hecho una buena interpretación de los clásicos mirones del fondo, y si podremos por lo tanto disfrutar de un gran éxito como actores, a perpetuidad y por todo el universo.

jueves, 29 de enero de 2009

Esta vez sí (creo)

¡Nueva fiesta para celebrar el centenario! Voy a colgar otras dos escenas de la misma película de ayer, "La vida de Brian". El protagonista de ambas es el grupo de la resistencia contra los romanos al que se une Brian. En la primera escena, sus miembros mantienen un profundo debate ideológico-programático. En la segunda, el debate se centra sobre cuestiones de organización interna.


1.Programa político consistente:



2.Organización integradora:


¿Qué os parece?. La película tiene 30 años, pero no ha envejecido en absluto. No sé si es que soy especialmente mal pensado, o efectivamente existe una semejanza asombrosa entre este grupo de la resistencia, y los dos principales partidos políticos de nuestro país. No sé, a mi el primer debate me recuerda mucho a un partido, y el segundo me recuerda al otro... No señalo a nadie ni pronuncio ningún nombre, si alguien lo hace deberá afrontar solito (o solita) las consecuencias...

¿Y qué pretende Brian al unirse a la resistencia? Pues conocer a la chica, naturalmente...

miércoles, 28 de enero de 2009

Cien entradas… ¡hora de refrescar el latín!

Ya van cien entradas… y para celebrar con alegría la supervivencia de este blog, voy a colgar hoy una escena divertidísima de una película divertidísima. La película se llama “La vida de Brian”, de los Monty Python. Para quienes no la conozcáis, se trata de una comedia sobre la vida de un judío nacido en la época de Jesucristo. Al pobre no paran de confundirle con Jesús, y al final lo acaba pagando caro. La película es una sucesión de escenas disparatadas, buen ejemplo de eso que se viene a conocer como “humor inglés.”

El argumento de la escena es el siguiente: el protagonista, el tal Brian, se ha unido a un grupo de la resistencia judía contra Roma. Como prueba de su compromiso, le han pedido que haga una pintada contra los romanos. Así que una noche se dispone a cumplir el encargo. Pero mientras está escribiendo la pintada, le descubre una patrulla romana. El jefe de la patrulla observa lo que ha escrito Brian y, lejos de preocuparse por el mensaje…¡comienza a corregirle la gramática latina!

Cada vez que veo esta escena me parto de risa… La situación me recuerda al cura que nos enseñaba latín en el colegio (qué habrá sido de él), el romano de la escena sigue un método pedagógico muy parecido al suyo…



Para añadir un poco de música a la entrada, voy a poner también la escena final de la película (para disfrutar de esta peli no importa saber el final, la trama es lo de menos). Sale una canción muy conocida, que quizás os puede sonar incluso a los que no conozcáis la película: “Always look on the bright side of life", o “Mira siempre el lado bueno de la vida”… Como otra muestra del humor inglés, la canción la canta ¡un coro de crucificados!, pese al ominoso destino que de forma inmediata les aguarda…


domingo, 7 de diciembre de 2008

La Ola (Die Welle)


Tengo muy olvidado el cine en este blog. Vamos a ver películas de vez en cuando, pero no he vuelto a comentar ninguna peli desde que lo hice en una de las primeras entradas.

Esta tarde hemos ido a ver una película alemana, La Ola (Die Welle), y nos ha gustado mucho. Como lleva ya una semana en cartelera, me apresuro a dejar aquí la reseña antes de que la quiten. Está inspirada en una historia real. Trata de un profesor a quien le encargan dar una asignatura de una semana sobre el sistema político de la “autocracia”. (El concepto de “autocracia” viene definido en el diccionario de la RAE como “sistema de gobierno en el cual la voluntad de una sola persona es la suprema ley”. No tiene el mismo significado que los términos “dictadura” o “totalitarismo”, pero guarda con ellos una íntima relación, claro está).

El profesor, como buen maestro, piensa que los chicos entenderán mejor el concepto con un ejemplo práctico, y decide establecer un régimen autocrático en la clase. Los alumnos, que responden al tópico actual de jóvenes individualistas y hedonistas, perciben la autoridad por primera vez en su vida y rápidamente quedan fascinados por ella; conocen igualmente la fuerza del grupo, y se entregan por completo a su dinámica, olvidando su individualismo inicial. Y ya no cuento más, el resto pertenece a la trama de la película.

Creo que le gustará a cualquiera que le interese mínimamente la política o la sociología, o a quien se haya preocupado por la relación que debe existir entre el individuo y la sociedad. O que sea o haya sido alguna vez profesor, pues la peli trata también sobre la profesión de enseñar.

Por cierto, la entrada al cine no para de subir: nos ha costado 7,50 € por cabeza. En este caso valía la pena… pero, aunque sólo sea por curiosidad, ¿hasta dónde piensan llegar?

domingo, 13 de abril de 2008

Cometas en el cielo (The Kite Runner)

Es la última película que hemos visto. Se basa, al parecer, en un libro. Me ha gustado porque es distinta: no es una historia de amor, como casi todas, ni es una peli de acción, aunque tenga algo de eso. Muy buena fotografía.

No la voy a destripar, por si alguno quiere verla. Sólo diré que trata sobre unos sentimientos muy humanos: el miedo, la cobardía, y la valentía. ¿Estás dispuesto a jugarte la vida por un amigo, por un hermano, o por un extraño? ¿O puede más el pánico y tu instinto de conservación? En mi opinión, la película va de eso y de nada más.

La acción se desarrolla principalmente en Afganistán, desde los años 70 hasta la actualidad. Este entorno concede mayor realismo a las situaciones extremas por las que van pasando los protagonistas (alguna de ellas quizás poco creíble, pequeño defecto), situaciones que dan pie a los conflictos morales que se plantean. Pero el tema de la película es universal, por lo que se podría haber ambientado en cualquier otro lugar.

Algo bueno de la película es que nos ahorra la política (y mira que era fácil caer en ella, tratándose de Afganistán), para centrarse en la historia humana de los personajes. Al que le interese la política afgana, que vaya mejor a ver "La guerra de Charlie Wilson".

La película debe llevar en cartel cerca de un mes, por lo que deben estar a punto de quitarla. Los paisajes parecen afganos, pero está rodada en China.