
Me cuelo en el blog de Víctor, recogiendo el guante que me ha lanzado, para hacer un comentario de un libro que me he leído: “Por qué los hombres no escuchan y las mujeres no entienden los mapas” de Allan y Barbara Pease.
Hacía tiempo que me lo quería leer, aunque no sabía realmente de qué iba. A primera vista y basándome en el título me parecía que podía ser una parodia de los estereotipos más frecuentes aplicables a hombres y a mujeres, seguramente lleno de lugares comunes y chistes fáciles. En cuanto empiezas, te das cuenta que es más que eso. El libro trata de exponer con datos científicos (aunque en lenguaje llano) en qué los hombres y las mujeres, hablando en términos generales, somos distintos y explicar porqué.
Un primer punto a favor del libro es precisamente esa visión científica. Hacer un listado sobre lo que hace el sexo contrario puede ser muy fácil y en alguna una charla de café más de uno habrá hecho alguna vez un catálogo sobre si los hombres son tal cosa o si las mujeres hacen tal otra. Sin embargo, no se queda ahí. Efectivamente, parte de la descripción de conductas o características propias de cada sexo fácilmente reconocibles en nuestro día a día (lo que sería nuestro catálogo de café), que son objeto de análisis, utilizando estudios, bibliografía, etc., para llegar a una serie de conclusiones sobre porqué actuamos de esa determinada manera.
No obstante, mi apreciación inicial no estaba del todo desencaminada. Claramente, está escrito en tono cómico. Y realmente consigue sacarte una risa de vez en cuando. Otro punto que hace que la lectura sea recomendable.
Además, para los que os gusta leer en transporte público y queréis libros manejables, éste lo es. Como hace tiempo que lo editaron (1999) ya existe edición de bolsillo. Tiene 11 capítulos más bien largos pero divididos en subtemas más cortos. Para describir los temas muchas veces utilizan situaciones con una base real, aunque seguramente adornadas, pero como digo plenamente identificables. Todo ello lo hace adecuado para leerlo en trayectos cortos, sin que se pierda el hilo.
Pero lo que más me ha gustado del libro es que trata por igual a ambos sexos, poniendo de relieve las pequeñas “manías” o “defectillos” de cada uno de ellos (y, por supuesto, también sus virtudes). Está escrito por un matrimonio, especializado en temas de diferencias de género, relaciones humanas, etc. Ellos mismos se colocan como protagonistas de algunas de las escenas descritas en el libro, lo que pone de relieve una gran capacidad de autocrítica. Normalmente cuando hacen un chiste sobre uno de los géneros pocas líneas más abajo o en la página siguiente te encuentras uno sobre el sexo contrario. Para los que lo leáis, a mí me hicieron especial gracia dos dibujos en los que viene representado gráficamente a qué destinamos cada uno de los géneros el cerebro.
Este tratamiento hace al libro, a mi entender, especialmente “sano” ya que no solamente permite reírnos del sexo contrario, cuyas manías podemos sufrir, sino también mirarnos a nosotros mismos y vernos identificados en lo que otros ven como manías. Los que no tengan capacidad para reírse de uno mismo mejor absténganse de leerlo, ya que les harán gracia las descripciones de los defectos del sexo contrario, que encontrarán tronchantes, pero en cambio se sentirán profundamente ofendidos con lo que entenderán como la “burla” que se haga de los propios.
Hoy en día el de los sexos es un tema delicado. De hecho, el libro pone de relieve que algunas empresas mostraban reticencias a dar datos relativos a porcentajes de mujeres trabajando en las mismas y datos similares, o no querían que aparecieran sus nombres citados, por temor a que se tildara su política de personal como de machista o sexista. No pretendo polemizar sobre este tema, del que habría muchísimo que hablar. Para mí, lo realmente importante es que pone el acento en que los hombres y las mujeres somos iguales en derechos, pero diferentes biológicamente. Y el ser biológicamente distintos no nos hace perder legitimidad para tener esos mismos derechos. Simplemente, cada uno de los sexos considerados en términos generales es más apto para realizar determinados tipos de trabajos, enfocan o exteriorizan sus problemas de manera distinta y tienen preferencias o gustos diferentes.
Además, el libro deja una puerta abierta a la esperanza, ya que deja claro que aquellas habilidades para las que estamos menos predispuestos se pueden entrenar. Yo, por ejemplo, ya casi sé leer los mapas y puedo llegar a los sitios…. sobre todo, si enciendo el GPS, je je ;-)
CLARA.
7 comentarios:
Este libro me lo dejo mi hermana... me hizo reír y pensar.
Y pensar más cuando, al devolverselo, mi hermana me dijo que se lo había regalado su marido, ella le correspondio, más tarde, con un GPS.
C`est la vie...condenados a entenderse.
¡Hola!
Sinceramente yo tenía este libro encasillado en "típicos tópicos que no hay que leer jamás" pero tras leer esta entrada parece que en realidad se trata de algo distinto. Se que mi madre lo leyó en algun momento, asi que debe estar por casa pero me da un poco de pereza iniciarlo... No se, ahora he vuelto a Huxley con "El tiempo debe detenerse" y me han entrado ganas de seguir por esa línea...
@ Bienvenida MBI, muchas gracias por tu comentario, espero verte por aquí más veces...
Supongo que lo de "condenados" lo dirás por lo inevitable del hecho, y no porque te parezca un castigo, ¿verdad?... en realidad somos aliados, aunque nos divierta vernos como contrarios...
@ Hola Carol. Todavía no me he terminado el libro, pero por lo que he visto hasta ahora sí que se refiere a las características de hombres y mujeres que conocemos como "tópicos". Pero lo interesante del asunto es que indaga en ellos para descubrir su origen, prestando especial atención a los aspectos biológicos (eso te gustará...). No obstante, el libro está escrito con un tono de humor (como podrás imaginar viendo la portada y los chistes con los que está ilustrado), por lo que su lectura es muy ligera. Lo puedes compatiblizar con otro (yo lo estoy haciendo así).
@ Clara. Cuando termine el libro quiero comentarlo más extensamente en esta misma entrada...¡y es importante que estemos de acuerdo!
Vaya "fotografía", ejem, ejem, ejem... ¿será que la realidad supera ampliamente a la ficción?, ejem, ejem, ejem...
El dibujo es genial, sí...
Gracias a tu comentario en esta entrada, veo que me quedé en falta.. prometí un comentario más extenso cuando terminara de leer el libro, pero al final no lo hice.
Un año y medio después ya no puedo hacerlo, ¡no tengo tanta memoria! Me queda del libro, como "poso", que hombres y mujeres somos distintos, y que es absurdo negarlo, o sostener que "somos iguales" o incluso que "debemos ser iguales" (hablo de hechos, no de derechos, naturalmente)... no está mal que seamos diferentes, porque somos perfectamente compatibles si le ponemos al asunto un poco de buena voluntad, si sabemos aceptar las diferencias y hallar el punto común de acuerdo.
Esa sería la conclusión seria del libro, pero la lectura es muy entretenida, porque abunda en los tópicos de la eterna guerra de sexos.. que es muy divertida mientras no sea demasiado cruenta, claro está
Las mujeres de Venus... los hombres de Marte, sí.
Supongo que sabes que los signos utilizados para representar al género femenino y al masculino (los del circulito y la fecha/cruz), son precisamente los signos que se utilizan en astronomía para designar a los planetas que cita.
Pero los planetas siguen una órbita fija, mientras que los hombres se acercan a las mujeres, y viceversa. Y dado que nos empeñamos en acercarnos los unos a los otros, mejor aprender a encajar bien las piezas.
Publicar un comentario