jueves, 27 de noviembre de 2008

Lübeck


Esta mañana, por primera vez en la temporada, ha amanecido parcialmente congelado un pequeño estanque que tenemos cerca de casa. Podemos considerar pues comenzado el invierno, aunque astronómicamente nos quede todavía casi un mes para ello.

Qué mejor momento para retomar una cálida historia veraniega, y recordar una de las excursiones que hicimos con ocasión de nuestro viaje a Hamburgo. A la ciudad de Lübeck que nos vamos. Y así recuperamos el objetivo inicial de este blog, que no era otro que informar a sus lectores, entre otras posibilidades que nos ofrece el tiempo libre, sobre lugares interesantes que se pueden visitar.

Lübeck se encuentra a orillas del río Trave, a pocos kilómetros de su desembocadura en el Mar Báltico. Fue la capital de la Liga Hanseática. Hoy en día es una ciudad pequeña, que tiene uno de los centros históricos mejor conservados del norte de Alemania. Esta zona central de la ciudad se construyó en una isla rodeada de ríos, con fines defensivos a todas luces. Aquí viene un mapa:



Ver mapa más grande


Los edificios de la ciudad, y especialmente las torres que destacan sobre ellos, podrían servir como decorado de un cuento infantil. De forma que se me ha ocurrido ambientar la entrada con algo alegre, con una broma musical que tiene un poco de infantil, de clásica, y de alemana, sin ser realmente nada de todo eso.





Y ahora vamos a las fotos, que es lo que interesa. Primero, la Holstentor, que es la puerta de entrada a la ciudad vieja. Al fondo a la izquierda, la Iglesia de Santa María (la Marienkirche habitual), y al fondo a la derecha, la Iglesia de San Pedro.



Una imagen curiosa...


Las dos fotos siguientes están tomadas desde la torre de la Iglesia de San Pedro. En la segunda aparece la Iglesia de Santa María.



Este es el Ayuntamiento. Es una interesante superposición de edificios de diferentes épocas.


Esta foto que viene es buena (aunque esté feo que lo diga): es una vista del techo de la Iglesia de Santa María, tomada desde uno de los bancos. A la izquierda se aprecia el órgano.


En la casa blanca vivió Thomas Mann, y en ella se encuentra ambientada su novela "Los Buddenbrook". Actualmente es un museo de literatura.


Una iglesia más, la Jakobikirche. La Iglesia de Santiago, para nosotros. La foto está tomada desde la terraza donde estuvimos comiendo. No perdí la ocasión de pedirme un buen plato de arenque, que es lo que se come por allí.


En la casa donde está sujeto el cartel, a la izquierda, vivió Günter Grass



Esta es la Catedral. La foto está descuadrada por un motivo. Como ocurre con las iglesias anteriores, se ubica en una plaza desproporcionadamente pequeña para el tamaño del edificio, por lo que el paseante se siente casi aplastado cuando pasa por delante. Para tomar la foto me alejé lo más que pude del edificio, y utilicé el mínimo del objetivo (18mm), y aún así no cupo en la foto. También quería mostrar la curiosa puerta principal de la Catedral, absolutamente minúscula.



Finalmente, aquí pongo dos perspectivas de la ciudad vieja, tomadas desde fuera. En la primera sale la Catedral, y en la segunda aparecen las mismas torres que salían detrás de la Holstentor, en la primera foto.

Atención a la ropa tendida... en cuanto pase el barco de la foto, nos daremos de bruces con la Edad Media. Eso sí que es viajar en el tiempo...


domingo, 23 de noviembre de 2008

Parque de Berlín, en Madrid

Hace una semana pasamos por casualidad por el Parque de Berlín. Estaba ya con los colores del otoño y, claro, me vino a la mente la reciente entrada que dediqué al otoño en Berlín. Así que tomé algunas fotos con intención de colgarlas en el blog, pero como no llevábamos cámara tuve que usar el teléfono móvil. Luego he estado dudando si ponerlas o no, pues no tienen mucha calidad, pero bueno, al final aquí están…






Ya de paso contaré que Madrid está “hermanada”, entre otras muchas, con la ciudad de Berlín (así como con México y Buenos Aires, por citar algunas…) Ignoro los motivos de que así sea, supongo que uno de ellos será que ambas ciudades comparten un oso como símbolo. Cuando cayó el Muro de Berlín nos regalaron un trozo, que fue colocado en este parque.

La visita

Esta semana ha sido triste. En la madrugada del día 19 recibimos la visita de la Muerte, que vino a llevarse a uno de los nuestros, la abuela de noventa años. Entre todas las posibilidades que se le brindaban, escogió al familiar más expuesto y seguramente más preparado para recibirla. A la primera persona que, de haber estado en su mano la elección, se hubiese ofrecido voluntaria para asumir la carga si con ello se la hubiese ahorrado a otro. A quien ha tenido la fortuna de vivir durante noventa años, con salud y rodeada del cariño de los suyos. En ese sentido, la Muerte ha sido benévola con la familia. Aún así, es triste ver desaparecer a los seres queridos, y con ellos a una parte de nosotros.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Catedral de Justo Gallego

Un lugar interesante para visitar cerca de Madrid es la catedral de Justo Gallego, en Mejorada del Campo.


Este tal Justo es un hombre de unos 80 años. Hace 50 años ingresó en un convento, pero allí enfermó de tuberculosis y le expulsaron para que no contagiara al resto de la comunidad religiosa. Volvió entonces a su pueblo, Mejorada del Campo, y comenzó a construir una “catedral” en un terreno que era propiedad de su familia (¿por frustración, quizás?). Su intención, una vez se encuentre terminada, es cedérsela al Arzobispado de Madrid para que la destine al culto católico.

El edificio lo está levantando él solo desde hace 50 años, con ayuda ocasional de algunos voluntarios y aprovechando materiales de desecho, como los ladrillos que descartan por defectuosos en una fábrica cercana.

La construcción sigue un diseño elemental que se le ocurrió a este hombre. Al menos formalmente, la obra carece de proyecto técnico, de dirección facultativa o de un plan de trabajo digno de ese nombre.

En la actualidad el edificio tiene ya un tamaño considerable, encontrándose bien definidos sus elementos estructurales y pudiendo visitarse distintas dependencias en su interior (la nave central, el claustro, la cripta…). Sin embargo, se está acometiendo toda la obra al mismo tiempo, sin fases, de modo que a día de hoy no hay absolutamente nada que se encuentre terminado. Este caótico plan de obra, unido a la circunstancia de que se empleen materiales de desecho y a la pobre ejecución material que se advierte en cuanto reparas a corta distancia en los detalles, transmite la sensación de que lo que se está construyendo no es otra cosa que una gigantesca ruina, condenada a la demolición.

Llama la atención que el Ayuntamiento permita la ejecución de una obra de estas características, o que no prohíba las visitas al recinto por razones de seguridad. Evidentemente, se trata de un caso especial desde cualquier punto de vista. No obstante, y en honor a la verdad, debo decir que la obra, pese al aspecto que he descrito, parece sólida; no da la impresión de que se tenga que desplomar precisamente el día en que uno la visita.

En cualquier caso, allí no se va a admirar arquitectura, sino a valorar el asombroso resultado que puede producir el tesón, o el empecinamiento, humano. El elogio de una locura. En este aspecto, es un lugar único en España, y casi me atrevería a decir, en el mundo.

La entrada al recinto es gratuita, si bien después de la visita no puedes dejar de hacer alguna “ofrenda” para contribuir a sufragar el coste de la obra, en un bidón metálico que está preparado al efecto. Justo Gallego está en persona todos los días a pie de obra, salvo los domingos, día que descansa y cede la atención al público a un familiar suyo (un cuñado, si no recuerdo mal) también entrado en años.

Aunque nada tenga que ver, a quien le gusten los aviones podrá ver pasar uno de ellos cada dos o tres minutos, pues la catedral se encuentra a pocos kilómetros de la cabecera sur de las pistas de Barajas. Recuerdo que de niño escuché la noticia del accidente que había sufrido un Jumbo colombiano en Mejorada… no pudo ocurrir muy lejos de la catedral de Justo Gallego.

Arriba he puesto una foto del exterior de la catedral, para que se puedan apreciar las dimensiones del edificio (no se olvide, ¡es el trabajo de una sola persona durante 50 años!). Y ahora vienen fotos del interior.

Esta primera, de la cúpula:

En esta foto que viene sale el cuñado de Justo Gallego, a la izquierda, explicando la obra a unos visitantes como nosotros. Como puede verse en las paredes de la nave principal, ha comenzado la decoración interior de la catedral, con unas pinturas de estilo... inclasificable.



Las fotos que siguen están hechas a detalles constructivos que me llamaron la atención. Para empezar, lo que por el momento aparenta ser una capilla consagrada al dios de los jíbaros. Confío que la ubicación de las cabezas sea provisional, y que, una vez haya conseguido Justo reunir doce ejemplares, pueda organizar con ellas una Última Cena en condiciones.


Unos arcos, sospechosamente parecidos a un tubo corrugado.


Al fondo, unos decorativos cubos de plástico que dan al elemento un aspecto modernista.

Y estas dos que siguen pertenecen a la zona del claustro.


Ahora mismo, fijándome detenidamente en la foto de abajo, descubro que muy probablemente disponga ya Justo de las doce cabezas, que la ubicación de las mismas pueda ser la definitiva, y que efectivamente nos encontremos ante el primer lugar de culto jíbaro en territorio español.


Releyendo la entrada, ya para terminar, creo que al final me he metido un poco más de la cuenta con el trabajo de Justo Gallego. Sólo estaba bromeando, en realidad la cuestión estética es completamente accesoria cuando hablamos de una obra admirable a la que una persona ha dedicado toda su vida.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Erasmo de Rotterdam: "Elogio de la Locura"


Me gusta mucho leer a los clásicos. Siempre que leo un libro antiguo me asombra, invariablemente, la vigencia de los conceptos o de las ideas que contiene. Nos creemos que lo hemos inventado todo, lo cual puede ser bastante cierto en el mundo de la tecnología –no de la ciencia básica-, pero no lo es en absoluto en el mundo del pensamiento. En ese apartado, vamos más bien para atrás.

“Elogio de la Locura” fue escrito muy probablemente en 1508 (fecha del prólogo). Así que cumple ahora 500 años. Se publicó por primera vez en 1511.

Erasmo fue un humanista del Renacimiento. El humanismo tuvo una vida más bien efímera, entre la época de cerrazón que supuso el teocentrismo medieval, y la época de cerrazón desencadenada tras el triunfo de las ideas de Lutero, con las guerras de religión que asolaron Europa (Reforma protestante y Contrarreforma católica).

Erasmo vivió durante la última etapa de este periodo humanista, coincidiendo con el momento en que Lutero comenzaba su labor. Al ser un personaje ya conocido y respetado en vida, le intentaron fichar para su causa los dos bandos que en ese momento se estaban organizando para la lucha: Lutero en persona por un lado, y el Rey Carlos V de España, a través de sus emisarios, por otro. Pero ni le convenció Lutero, ni le gustaba España, así que se mantuvo alejado del conflicto teológico los pocos años que le quedaron de vida. Permaneció en la iglesia católica, pero no se sumó al combate contra los protestantes.

En este contexto de transitoria libertad que supuso el humanismo, escribió “Elogio de la Locura”. No fue un libro “normal” desde el principio. Erasmo dedicó toda su vida a escribir sesudas obras sobre teología, comentarios a las obras de los padres de la Iglesia, traducciones de la Biblia, etc… Pero un buen día viajó a Inglaterra a visitar a Tomás Moro (humanista como él y amigo personal), y allí, medio en broma medio en serio, se les ocurrió la idea de hacer un libro como éste. Erasmo lo escribió después en pocas semanas.

El libro se lee muy fácilmente, pero es complicado de interpretar. En la época le causó muchos problemas a Erasmo, que se vio continuamente en la necesidad de explicar sus verdaderas intenciones al escribirlo. Es habitual por ese motivo que el libro venga editado junto con una carta que escribió Erasmo poco después a un amigo suyo (Martin Dorp), ofreciéndole esas explicaciones frente a las protestas que le transmitían, a través de su amigo, eminentes teólogos. Por otra parte, al propio Erasmo no le terminó de gustar el triunfo que tuvo este pequeño libro desde el primer momento, pues amenazaba ya entonces con eclipsar el resto de su obra (de hecho, hoy en día ya no se edita la mayor parte de la obra de Erasmo, sólo este libro que comento y algunos pocos más)

Y es que el libro tiene tela. Formalmente, es la Locura quien toma la palabra y quien se dirige a si misma un elogio, poniendo de relieve su triunfo en el mundo a través de las distintas manifestaciones de la actividad humana donde cabe reconocer su presencia –con una referencia muy especial a la iglesia y los teólogos-. Al ser la Locura quien habla, hay que entender que el autor de la obra no defiende las ideas que se plasman en el libro, sino justo las contrarias; y que está descalificando en realidad las opiniones que se vierten, pues se parte de la base de que es la Locura quien las emite. Sin embargo, la ideas de la Locura están tan bien escritas, tan bien fundamentadas… que a cualquier teólogo de la época le tenía que entrar la duda razonable sobre si Erasmo en realidad no estaba pensando de verdad lo que ponía en boca de la Locura. Lo cual es más que posible, naturalmente.

Transcribo a continuación un par de fragmentos. Este primero, para que veáis a lo que me refería cuando hablaba de la vigencia de los clásicos, no me digáis que no resulta de perfecta aplicación a la España de hoy:

“Muy semejante a éstos [los cazadores] es la clase de gente que arde en deseos de construir casas, cambiando de pronto lo redondo en cuadrado, y lo cuadrado en redondo. No ven fin ni medida a nada hasta que caen en la suprema indigencia, sin que les quede dónde vivir, ni de qué comer. ¿Qué les importa? ¡Que les quiten lo bailado, entretanto, han disfrutado unos años de gloria!"

Y otro fragmento, de aplicación eterna:

“Trataré de ilustrar lo que digo, no con entimemas de los estoicos, sino con un ejemplo conocido. ¿Hay acaso, ¡por los dioses inmortales!, seres más felices que esos hombres que el vulgo llama payasos, tontos, fatuos y locos de remate, apelativos todos ellos espléndidos, a mi parecer? Quizás lo que digo pueda parecer a primera vista estúpido y absurdo, pero de hecho es una gran verdad. Ya, de entrada, esta clase de personas no siente miedo ninguno a la muerte, mal no pequeño, por cierto; se ven libres del aguijón de la conciencia. No les amedrentan las historias de los muertos. Tampoco les aterran los espíritus ni espectros. No les turba el temor de males inminentes, ni les saca de sus casillas la esperanza de bienes futuros. En suma, les dejan impasibles los mil y un problemas que ofrece la vida. Carecen de vergüenza, de miedo, ambición, odio o amor. Finalmente, si creemos a los teólogos, cuanto más se acercan a la irracionalidad de los animales, menos capacidad tienen de pecar.

Hora es ya de que me cuentes, sabio estúpido, los días y las noches que pasas atormentándote con tus problemas. Haz un recuento de todos tus males y entonces te darás cuenta de los que yo he quitado a mis queridos insensatos. Añade a esto que siempre están contentos, jugando, cantando, riendo, y –donde quiera que van- reparten alegría, bromas, pasatiempo y risas. Tal parece la función que la bondad de los dioses les ha encomendado: alejar de la vida humana la tristeza. Todos, en efecto, los acogen por igual como algo suyo, mientras a los demás les unen sentimientos muy diversos. Se les acepta siempre, se les busca, se les acoge, se les abraza y ayuda cuando lo necesitan, y se les permite decir y hacer impunemente lo que les venga en gana. Nadie piensa en hacerles mal, pues ni siquiera las fieras más salvajes, como intuyendo instintivamente su inocencia, se atreven a herirles; son algo sagrado para los dioses, y sobre todo para mí. ¡Nadie considera injusto el honor que se les dispensa!”

viernes, 7 de noviembre de 2008

Artículo sobre Hamburgo

Hoy he encontrado en el periódico un artículo sobre Hamburgo. Aquí pongo el link. Menciona algunas cosas que contaba yo hace algunas entradas, y otras que no. Tiene bastantes fotos, algunas muy bonitas, así como información práctica para viajar a esa ciudad (vuelos, hoteles...). El artículo le puede interesar a quien esté pensando ir un día para allá, así que paso a incluirlo en el blog a través de esta entrada.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Otoño en Berlín

Pequeño cambio de planes. No pensaba hablar del viaje a Berlín en el blog hasta más adelante, pero he encontrado un buen motivo para hacer una excepción. Y ese motivo es el otoño.

Una de las facetas más agradables de nuestro viaje han sido los paisajes otoñales que nos han acompañado durante toda la visita. No es que en Madrid no los podamos encontrar parecidos, en la sierra o incluso en el Retiro, basta localizar un rincón con árboles de hoja caduca. Pero en Berlín esos paisajes me han resultado especialmente bonitos, sea por mera sugestión (todo nos parece mejor en vacaciones), o sea por una razón más objetiva, como es la abundancia en esas latitudes de hayas y tilos, árboles que se manifiestan en otoño con todo su esplendor y que en nuestro clima seco crecen con mucha dificultad.

Las fotos, naturalmente, no hacen justicia al entorno y al momento en que fueron tomadas, pues sólo transmiten una imagen limitada de lo que vemos, y no de los sonidos o los olores que también percibimos, parte igualmente importante de la realidad; pero es lo que nos permite la técnica actual, y bastante es ya. Me ha parecido más interesante publicarlas ahora, y no dentro de uno o dos meses, cuando ya estemos en invierno, porque la actualidad también es un valor a tener en cuenta. Estas fotos están tomadas la semana pasada, por lo que estáis viendo (casi) lo mismo de lo que estará disfrutando un berlinés esta tarde de domingo, si sale a darse un paseo antes de comenzar una nueva semana de trabajo.

Como telón de fondo pongo una música que casa con las fotos, pues nos cuenta una despedida, como lo hace el propio otoño. Es un pequeño recitativo de una obra mucho más extensa, de un compositor alemán. Concurso: ¿alguien me puede decir a qué obra pertenece?



Estas primeras fotos son de un parque muy grande, un verdadero bosque, que está en el centro de Berlín. Se llama Tiergarten, y originariamente fue el cazadero real.






Las fotos que vienen ahora son del Jardín Botánico, uno de los sitios que fuimos a visitar.





Las que siguen están tomadas en los jardines del Palacio de Charlottenburg.





Y para terminar, foto de una calle cualquiera de Berlín.