jueves, 28 de enero de 2010

Una de actualidad: Internet y propiedad intelectual

Estas últimas semanas se han publicado en prensa numerosos artículos sobre la nueva normativa que permitirá cerrar, por vía administrativa y no judicial, aquellas páginas web a través de las cuales se infrinjan derechos de propiedad intelectual. Esta posibilidad se introduce en una disposición final de la Ley de Economía Sostenible que prepara el gobierno.

(Un inciso para los lectores extranjeros, a quienes pueda resultar sorprendente el pomposo título de esa ley: por supuesto que nuestro gobierno no ha encontrado el secreto de la economía sostenible, ni ningún otro, no se os ocurra perder el tiempo investigando el contenido de la norma con ánimo de encontrar en ella respuesta alguna a nada; nos gobiernan unos fervientes partidarios de la Economía Insostenible –así se llama a gastar más de lo que se ingresa- que probablemente nos terminarán llevando al hoyo si no rectifican a tiempo; pero al menos tienen el buen detalle de amenizarnos el descenso a los infiernos con un permanente Festival del Humor… no os puedo contar aquí todos los chistes con los cuales nos deleitan pues sería una tarea inagotable, ni quiero tampoco mataros de la risa o causaros una lesión de diafragma, de modo que pondré sólo un ejemplo: ¿sois conscientes, por ahí fuera, de que gracias a nuestro gobierno tenéis la oportunidad de estar viviendo un acontecimiento planetario histórico?... ein? ein?.. pues así es, vuestras vidas no volverán a ser las mismas compañeros, quedarán marcadas por este evento planetario -o cósmico, o galáctico, o algo así- al que me refiero, que no es otro que la feliz conjunción astral por la cual coinciden a un tiempo la presidencia de Obama en Estados Unidos, y la presidencia –de turno, y más simbólica que otra cosa- de nuestro Gran Timonel al frente de la Unión Europea; así al menos lo ha declarado oficialmente el partido gobernante, a través de su capacitada representante).

Volviendo al tema de esta entrada... contra esa previsión normativa se han alzado diversos “colectivos” que representan (supuestamente) a los internautas, blogueros (¡¡esos somos nosotros!!), y demás presuntos delincuentes. Lamentablemente, lo más concreto que he leído en sus propuestas es la “exigencia” de un “diálogo público” que permita encontrar “una alternativa real”… vamos, el mismo lenguaje vacío que los otros.

Se trata de un asunto muy complejo, esto es indudable. Nos encontramos ante una de tantas transformaciones repentinas que está ocasionando, en todos los campos (sociedad, cultura, economía, relaciones personales…), este invento revolucionario que ha sido Internet.

Yo no tengo un criterio claro (todavía) sobre la mejor forma de compatibilizar Internet y la propiedad intelectual; por eso me limitaré a señalar tres contracciones (o formas de hipocresía) que observo en esta materia:

1º.- La primera contradicción o hipocresía es mía, personal, aunque no debo padecerla en solitario.

Creo en la conveniencia de reconocer el derecho a la propiedad privada, y pienso que las creaciones intelectuales son tan valiosas, apropiables y merecedoras de protección, como las creaciones materiales. Por lo tanto, creo en la propiedad intelectual, y estoy de acuerdo con que se reconozca a los autores el derecho a proteger sus creaciones y a obtener un beneficio económico de ellas. Lo considero, además, socialmente beneficioso, pues a la postre se fomenta la creación intelectual, y con ella el progreso humano.

En la práctica, casi nunca consumo “piratería”, pero por razones ajenas a las convicciones expuestas. Ya tenía hecha mi “biblioteca” musical antes de que llegase Internet, y de lo que sale ahora no me gusta casi nada. Y si sale algo nuevo y me gusta me suelo comprar el CD original, para disponer del soporte fetén (manías de viejo) y también por no complicarme la vida: las redes P2P, el e-mule, y todas esas historias raras, exceden de mi capacidad informática.

Ahora bien, dicho todo lo anterior, debo confesar que si me encontrase en la situación de obtener gratis, con solo pulsar una tecla, algo que me gustase y que fuese caro, muy probablemente… le daría al botón. Nunca robaría en una tienda, pero la impunidad para robar que ofrece internet (¡he aquí el gran cambio!) constituye una tentación insuperable para cualquiera que no sea San Ignacio. Esto es así.

2º.- La segunda contradicción o hipocresía me parece más grave, y no me lo parece porque no sea mía (como habrá pensado algún malvado), sino porque reúne las agravantes de publicidad y alevosía: resulta chocante que los más caracterizados defensores modernos de la propiedad intelectual (en su versión audio-visual), sean los mismos personajes que salen en la tele, un día sí y otro también, vociferando “¡muerte al capitalismo!”, “¡abajo la propiedad privada!” y “¡tó pa’l pueblo!”. Esta contradicción es tan evidente que no precisa mayor comentario.

3º- En la tercera y última contradicción incurren quienes muestran su oposición a las previsiones de la Ley de Economía Sostenible.

Señores, seamos serios: quien piratea un disco de Ramoncín, por supuesto que merece el cierre de toda página web de la que disponga; y además deberá ingresar en prisión, directamente al módulo de los peligrosos irrecuperables. Piratear a Ramoncín…¡habrase visto!

En conclusión, nos encontramos en un ámbito plagado de contradicciones. De los unos, de los otros, y de cada uno de nosotros. Nadie es inocente, esto es un infierno..

12 comentarios:

Roberto dijo...

Te consulto ya que tengo una duda, Víctor: con todas esas cositas que ponemos en los blogs sacadas de youtube... ¿estaríamos infringiendo la Ley de Economía Sostenible o alguna otra?, ¿iremos todos a la cárcel?

Un abrazo desde Buenos Aires.

Víctor dijo...

Mientras no pongamos un vínculo a un video de Ramoncín, no deberíamos ingresar en prisión a poco que el juez fuese benevolente… pero si el video fuera de Ramoncín, entonces debemos aceptar gustosamente nuestra condena, pues el paso por la cárcel, aparte de merecido, nos podría venir bien para superar nuestro problema, jeje.

Según lo veo, antes de internet existían tres grupos claramente definidos: 1º Los autores de contenidos (literarios, audiovisuales…), que no eran muchos. 2º Los receptores de contenidos (el público), que los recibían pasivamente; y 3º Los intermediarios entre unos y otros (editoriales, discográficas..), que eran muchos y que, sobre todo, desempeñaban la labor de seleccionar quiénes habían de ser los pocos autores “consagrados” a los que el público tuviese acceso.

Este esquema tradicional se viene abajo con internet. Por el lado de los autores, cualquiera puede ahora producir contenidos y divulgarlos ¡a escala mundial!; por el lado de los receptores, su papel su vuelve más activo; y en cuanto a la actividad de intermediación, ésta pierde su labor intelectual de selección, transformándose en un mero soporte a través del cual entran en contacto directo los autores y los receptores.

A medida que aumenta el número de personas que interviene activamente en la red, los tres grupos anteriores pasan a ser dos: por un lado, la gran masa de gente que produce y recibe contenidos; y por otro, las diversas plataformas (blogs, facebook, myspace, etc…) a través de las cuales se verifica el proceso de comunicación. La creación de estas plataformas ha sido una idea genial de las empresas que las han organizado, pues se han limitado a establecer un ámbito de relación, y somos todos nosotros quienes las dotamos de contenido… y quienes infringimos la propiedad intelectual si subimos lo que no debemos a nuestra página web, que en realidad es suya.

En fin, este tema tiene muchas otras implicaciones y daría para escribir mucho más. A lo que quiero llegar, en resumen, es a que el cambio absoluto que se ha producido en este ámbito de la creación y la propiedad intelectual con la aparición de internet, obliga a replantear todos los criterios previamente establecidos. No sirven ya los esquemas anteriores de definición y protección de esos derechos, tendrán que ser otros distintos en lo sucesivo.

Unknown dijo...

Estimado Víctor, dada la hora que es, abro este comentario sólo para decirte que estoy en desacuerdo con muchos puntos de los que expones, pero me encanta cómo los expresas. De paso, y ya que he leido un comentario de Roberto mando un afectuoso saludo para él. Y otro para tí, claro está.
P.D.: Todo aquel que escuche a Ramoncín debería ir a la cárcel, especialmente si lo escucha de un original... :-)

Víctor dijo...

Estimado Civilis, digo lo mismo de ti, jeje.. Y que gracias por pasarte de todas formas, ¡especialmente a esas horas!

Información para los demás: Ramoncín es un cantante que estuvo activo a principios de los 80 más o menos. Luego se reconvirtió en polemista televisivo, y últimamente, desde la notoriedad pública que había alcanzado en esta segunda faceta, se ha convertido en uno de los abanderados del movimiento antipiratería, y de la defensa de la SGAE (sociedad general de autores).

Esto último le ha convertido en el blanco de críticas y burlas generalizadas (del estilo de esta entrada), aprovechando lo horrendo de la música que hizo en su día.

Sinceramente (ahora estoy hablando en serio), me parece una situación injusta. No me parece correcto atacar el mensaje que quiere transmitir este hombre (y más cuando no es sólo suyo, sino que actúa como el mero portavoz público de una idea), no contestando con argumentos sino criticándole a él como persona o como autor. Yo también lo he hecho de pasada en mi entrada, mea culpa... pero es que esto se ha vuelvo un chiste casi obligado socialmente.

Hace unos días salió diciendo que estaba harto de la situación que se había creado contra él y que se iba a retirar de la esfera pública. Y la verdad es que un poco de pena por él sí que me dio.

Ramoncín, tanta gloria lleves como paz dejas.

Víctor dijo...

He suprimido el vínculo que había puesto en esta entrada al video de youtube.

No había leído antes los comentarios que había puesto la gente en la página de youtube.. los he visto ahora, y no me han gustado nada. Una cosa es que se metan con la inmensa tontería que dice en ese video el personaje, y otra que insulten a sus votantes. Esto último no me parece bien, y no quiero que este blog quede vinculado, ni siquiera indirectamente, con esas descalificaciones.

Levemente dijo...

En este particular... valgo mucho más por lo que callo que por lo que hablo. Sobre todo porque me reservo para el día -que llegará- en que me exprese largo y tendido al respecto en mi bitácora. Tan sólo lanzo una pregunta, que en realidad contiene mucho de respuesta en su enunciado: El Sr. Teddy Bautista (Presidente del Consejo de dirección de la Sociedad General de Autores y Editores para quienes no lo sepan)... ¿pagará derechos de reproducción cuando, en la ducha, tararee alguna cancioncilla que no seaa de su autoría... o cuando haya citado a algún ilustre poeta... habrá soltado los correspondiente euretes a los herederos si el escritor pasó a mejor vida?, por poner unos ejemplillos. Porque vamos... ejem, ejem...

Y que se le está yendo la cabeza al personal, no ya a los implicados directamente sino a muchísimos usuarios anónimos de internet, con tanto... "copyright". Con lo privilegiados que son -ya- muchos de poder vivir del... "cuento", o "cante".

Pues para "reservarme"... parece quedar clara mi posición. Claro que habrá matices a matizar.

Víctor dijo...

Bueno Leve, si es por reservar tus opiniones para montar un buen jaleo en tu bitácora, me parece bien... pero por lo demás ya sabes que aquí puedes decir lo que quieras, que en este blog son bienvenidos los pugilatos.. siempre que luego me dejéis la casa limpia de sangre, jeje..

Por lo que dices, no te veo muy proclive a la propiedad intelectual. Yo estoy a favor, como has leído, pero me parece imprescindible tomar en consideración la nueva situación.

Por poner un solo ejemplo, gracias a las nuevas tecnologías, la repercusión de cualquier obra artística puede ser inmensa... pues no me parece "justo" (por decirlo así) que ese cambio en las circunstancias opere exclusivamente en beneficio de los autores (antes podían conseguir que su obra llegara a 50.000 personas, y ahora 50.000.000, por decir algo), pues esa tecnología no ha sido creada por ellos.

En cuanto a Teddy, supongo que ya conoces los muertos que esconde en el armario y que ahora son motivo de mofa general (de forma parecida a la burla que hace la gente de Ramonción aprovechando su pasado, su autoimpuesto título de "Rey del pollo frito" y esas cosas).

jeje, en mi comentario anterior me compadecía de ese sufrimiento de Ramoncín, pero voy a contribuir a propagar las vergüenzas Teddy... tú probablemenete ya las conozcas, pero por si acaso algún lector las ignora, aquí van...¿sabéis que hizo de Judas en la versión española de Jesucristo Superestar?.. ¿O que cantaba la canción "Ponte de rodillas" en sus buenos tiempos?. Qué propio todo, ¿no?

Feroz dijo...

La verdad es que yo ni entro ni salgo en estos asuntos, porque soy de los que me compro el disco cuando lo he descargado y me gusta. Tengo un disco duro “petao” de música bajada, y si me hubiera comprado la décima parte de los discos, ahora estaría arruinado y aburrido. Pero, chico, qué estantería tengo, qué joyas... Me compro lo que me gusta, por la música en si, y por el romanticismo del original, con sus letritas y eso. Y estoy muy orgulloso de esa estantería del salón, ordenada por colorines.
No sé si este es el post adecuado para hablar de esto, pero siempre digo cuando hablo de estas cosillas, que una cosa es la propiedad intelectual, y otra los derechos que el autor de esa propiedad tiene sobre ella. Yo mismo tengo un par de registros en el registro de Madrid, y, qué quieres que te diga, será porque no me dedico a ello, pero me da un poco igual. Si me citan en algún sitio, y ponen la fuente, me enorgullece y me anima a seguir creando cosas. Si me citaran y no pusieran la fuente, me llenan de estiércol la obra, y me daría mucha rabia, aún sabiendo que es malo lo que escribo. Otra cosa es si me dedicara a ello, claro, y tuviera que vivir de lo que escribo. (Que me iba a ir de culo) porque una cosa es predicar, y otra, dar trigo.

Feroz dijo...

Creo que todos estamos de acuerdo en que el creador tiene derecho a vivir de su obra, y que está bien que haya gente que se dedique a administrar ese beneficio. Un porcentaje de un cd en blanco (por ejemplo) no tiene nada que ver en absoluto con un pentagrama. De la misma forma que la pared de mi casa es donde cuelgo un cuadro (por ejemplo). Pago el cuadro al pintor, o al marchante de arte de ese pintor para que le pague su porcentaje, pero la pared ya se la pago al albañil. Porque soy libre de elegir el cuadro, y libre de elegir al albañil.
Pero es como lo de pagar el mismo impuesto dos veces, o pagar el numerito del ayuntamiento y el “ticket” de la hora. No sé. Creo que es divagar, pero en el fondo está todo relacionado.

Feroz dijo...

A propósito de los nuevos cambios que apuntas, por los nuevos formatos y soportes, yo creo que esta no es la primera vez que pasa. El fabricante de cassetes de cinta, se adaptó al mercado, y empezó a hacer vinilos, y luego “cedeses”. Los consumidores deberíamos ver estos cambios con optimismo, porque todo parece indicar que será el fin de las multinacionales que controlan la publicidad del autor, el número de copias, las emisoras de radio, y en definitiva, el producto.
Mira, creo que músicos buenos hay tocando en los garajes de mil ciudades sin que les lleguemos a oír porque la Cbs o quien sea decide que no se le vende el producto. Y siempre los habrá.
¿Se acabó el arte gráfico con la legada del plotter a color? No. ¿Se acaba la música con la llegada del mp3? No. ¿La literatura con la llegada del word? No. Más bien, todo lo contrario. Tenemos acceso más fácil a los artistas. Pero claro, si eres ejecutivo de la Sony, te jode perder el monopolio. Pues tío, ponte a vender entradas de conciertos en vivo, organiza exposiciones de arte, produce cine independiente... Pero olvídate de forrarte en quince días. Que, si te fijas, los que se quejan de todo esto son los del bmw, no los que tocan la guitarra.
Y si me cobras un canon por un cd virgen, pues yo me compro un disco duro. Y si me cobras un canon por el disco duro, pues lo cuelgo en una página de hosting, y si me cobras por una conexión a internet, pues yo me pago un módem con mi vecino para pagar a pachas... y si me cobras por... y asi.

En definitiva, el consumidor siempre va por delante.

Perdona el ladrillo que he soltado. Pero es que lo he estado escribiendo en varias veces, y al final, me temo que me he salido un poco de madre.

Feroz dijo...

hola, Leve!

Oyes, que cuando quieras, te pones a escribir en tu casa, que me interesa mucho saber lo que piensas de todo esto. Bueno, y de todo en general. Aunque sea de esponjas.

Sabes que somos todo orejas.

Víctor dijo...

Feroz, muchas gracias por este comentario tan extenso… no tengo ningún problema con los ladrillos, todo lo contrario; además, una entrada sobre propiedad intelectual quedaría coja sin la intervención de un propietario intelectual como tú, jeje.

Estoy bastante de acuerdo con todo lo que dices. En particular, con la diferencia que ves entre vivir del asunto, y no hacerlo.

En mi caso, cuelgo aquí textos y fotos que he hecho yo (por tanto, los considero de mi propiedad), pero que me apetece compartir. Evidentemente, cualquiera que pase por aquí puede copiar estos materiales y atribuírselos como suyos en cualquier lado, e incluso comerciar con ellos (suponiendo, que es mucho suponer, que valiesen algo). Eso ya lo sé, cuento con ello, y realmente me da igual… pero sólo porque para mí esto es un puro entretenimiento y no me gano la vida con ello. Ahora bien, lo anterior me pasado también alguna vez en la vida real, en lo que me da de comer, y me ha hecho bastante menos gracia. Porque con el pan no se juega. Y esto debe ser lo que piensan los autores/cantantes/escritores profesionales.

También me parece lógico que exista un organismo como la SGAE que gestione los derechos de los autores… para que éstos puedan dedicarse a su actividad creativa y no pasarse el día defendiendo sus intereses.

Pero resulta difícil realizar esa gestión de forma más torpe que la SGAE... ¿cómo pueden dar pie a que salga en la tele, cada dos por tres, una noticia del tipo “¡¡¡la SGAE pretende cobrar 90 Euros a unos niños por representar La Casa de Bernarda Alba en el colegio!!!”? Tratándose de gente que vive, precisamente, de su imagen pública, demuestran ser bastante idiotas.

En cuanto a cierto leve-personaje… te aviso que le tiene una ligera manía a la SGAE; cada vez que ha mencionado a ese organismo por estos lares, ha sido para soltarle un estacazo en toda la cocorota. Yo diría que esa chica no cree ni en los derechos de autor, la muy descreída… :P