Ayer pusieron en la tele (pa la teleeeeeeeee...) la película “Salvar al soldado Ryan”, de Spielberg, lo que me ha dado la idea para esta entrada.
Esta película, estrenada en el año 1998, puso de moda la historia del desembarco de Normandía. El día 6 de junio del año siguiente se celebró el 65º aniversario del desembarco, y como ese día coincidió con un fin de semana, me fui para allá con un amigo, a curiosear. Esta es la historia resumida de ese viaje.
¿Alguien se acuerda de las antiguas carreteras nacionales? He aquí la primitiva Nacional I empaquetada de camiones, pasando el puerto de Echegárate en el viaje de ida:
Para ese viaje me dio por comprarme un carrete en blanco y negro, no sé qué ataque raro me dio. Puede que sea el único que he comprado de ese tipo en mi vida. Fue una prueba que no me terminó de convencer… salvo para retratos o algunas fotos muy especiales, no creo que el blanco y negro supere al color.
Salimos de Madrid de buena mañana, y paramos a comer en un restaurante que entonces acababa de abrir, llamado
Mugaritz, situado en el pueblo de Rentería, cerca de San Sebastián. Una parte importante del viaje era darnos un pequeño homenaje gastronómico en este restaurante que nos pillaba de camino. El sitio ya prometía desde sus inicios, y ha ido ganando fama desde entonces. Salió en prensa hace unos meses que se les había quemado la cocina, pero creo que ya han vuelto a abrir. Nos costó dar con él porque no estaba anunciado por ningún lado, seguramente por lo reciente de su inauguración. No se encuentra en la parte horrorosa de Rentería próxima a la vieja Nacional I, sino en un caserío perdido por unas montañas idílicas del interior. Este es el restaurante:
Nos íbamos alternando en la conducción, por lo que podríamos haber llegado a nuestro destino de una tirada si nos lo hubiésemos propuesto (y no nos hubiésemos atravesado una comilona en el Mugaritz, claro está). Pero como tampoco hay que pasarse, paramos a dormir en Nantes, ciudad a la que llegamos antes de anochecer. Allí le hice esta foto a la típica
boulangerie/patisserie francesa.
Al día siguiente, ya en Normandía, fuimos a visitar Mont Saint-Michel, un lugar espectacular. Se trata de un montículo situado en una zona inundable por las mareas, a escasos kilómetros de la costa. Por alguna razón que desconozco, las mareas en esa costa tienen una enorme amplitud (¿será que la Luna mira más atentamente hacia Normandía?). Sobre ese montículo se construyó hace siglos una abadía, y a su alrededor surgió un pueblo diminuto.
Entre la cámara, el carrete, y el escáner que he usado para digitalizarlas, las fotos que hice, especialmente cuando se trata de paisajes, son una birria; afortunadamente no soy el único que ha hecho fotos de
Mont Saint-Michel.

Las casas que rodean la base de la abadía son las típicas edificaciones medievales de cuento de hadas, apretujadas entre si y separadas por estrechas calles. La única pega del lugar es que no ves pasar por las calles un carro de bueyes cargado de paja, ni un verdugo con caperuza negra y un hacha en la mano, ni te quieren vender cabezas de pollo recién cortadas, ni las amas de casa te vacían encima cubos de excrementos desde las ventanas… nada de imágenes entrañables como esas, allí las únicas actividades que se desarrollan son la venta de camisetas y postales del lugar, y el suministro de comida rápida para el turista.
Cuando digo que las calles son estrechas, no exagero. Ahí estoy parado en todo el centro de una vía pública transitable. Y eso que soy un tirillas, que más de uno por esa calle no pasa.
Saliendo de Mont Saint-Michel nos llevamos la sorpresa de encontrarnos con un jeep americano de la Segunda Guerra Mundial. “Uno que se ha vuelto loco”, pensamos...
Pues no, no era “uno”. Como pudimos comprobar durante el resto del viaje, resulta que hay mucha gente que se dedica a recuperar y coleccionar vehículos militares, material y uniformes de esa época… y los saca a orearse con ocasión de los aniversarios que se producen.



Clara tiene la teoría de que detrás de cada estupidez humana, casi siempre se encuentra una persona del género masculino. Si te paras a verificar esa teoría, descubres que resulta básicamente cierta. No obstante, tengo una matización que hacer importante: nacer para morir es la Tontería Suprema, nada hay más estúpido; por lo tanto, una vez que estamos embarcados en ese proceso de Tontería Suprema, no creo que sea objetable ninguna acción humana que entretenga a su autor y no le haga daño a nadie… al menos nunca será tan estúpida como la propia vida.
Huelga decir que la mayor parte de los aficionados a esta especie de
guerravestismo eran hombres, pero lo cierto es que también había algunas mujeres entre ellos, de ese tipo de mujeres capaces de aceptar y hacer suya la tontería de sus maridos.
Y otra cosa, ¿no tiene todo esto alguna semejanza con las fiestas de Moros y Cristianos?
También vimos por allí a veteranos de guerra. Este primero estaba en un gran Museo sobre el desembarco que existe en la ciudad de Caen. Visto así en la foto parece que formase parte de la exposición, pero no, era un señor mayor que estaba descansando.
Y este segundo era un veterano de los Rangers que explicaba a los turistas que le rodeaban el asalto a Point du Hoc –un promontorio a la derecha (según desembarca uno, je) de la playa de Omaha- en el que habría participado.
Esta es la playa de Sword, a la que llegaron los ingleses. Junto a esta playa hay un par de pueblecitos, cuyos habitantes tuvieron que pasarlo bastante mal el día de marras.
Esta es la visión de la misma playa de Sword que se tiene desde un bunker alemán, que todavía se conserva.
Cerca de la playa de Sword se encuentra Pegasus Bridge, un puente que capturaron los ingleses con planeadores la noche anterior al desembarco (debe ser el evento que inspira la secuencia final de Salvar al Soldado Ryan).
Esta es la famosa playa de Omaha, la que sale en la primera parte de la película. Todavía queda algún resto de guerra.

Y termino con la parte triste y desgraciada del asunto. Este es el cementerio americano en Colleville-sur-Mer (el que sale al principio y al final de la película), situado junto a la misma playa de Omaha.
Este es el cementerio alemán de La Cambe, en Bayeux.
Y esta última foto la tomé en el cementerio alemán de Mont-de-Huisnes, próximo a Mont Saint Michel.
9 comentarios:
Muy buena la entrada.
¡¡¡¡No sé bien si esa teoría es mía o tuya!!!! Pero lo cierto es que cada vez que se ve en la tele un evento de personas que tienen aficiones raras, colecciones desmesuradas y este tipo de cosas, suelen ser hombres.
En cualquier caso, y sin ánimo de ahondarme en un tema tan polémico que abra una "guerra de sexos", he de decir que creo que eso es un síntoma de una virtud que tienen los hombres (hablando en general), que es su capacidad para disfrutar de la vida. Vamos, que los hombres que leáis esta "teoría" no os sintáis criticados. Al contrario.
Saludos a todos.
Juraría que la teoría la empezaste tú, ¿no?.. Aunque tampoco me acuerdo muy bien, la verdad. Si fui yo quien la formuló, será porque presentí que te gustaría, jeje...
En base a la teoría de Clara que refieres en la entrada, había escrito otro comentario. Pero ahora, a tenor de lo que la propia Clara dice, y que me suena totalmente distinto, toca cambio de tercio...
A mí me parece que la capacidad para disfrutar de la vida no tiene que ver con el género. En todo caso... si con "la posibilidad de", por aquello de que, en general, el hombre dispone de más tiempo libre.
A las mujeres se les ha "timado" con eso de la "liberación". Ahora trabajan fuera y dentro de casa. O sea hacen doblete. Incluso "triplete" o más.
Respecto a tu teoría, Víctor, no te ofendas pero me resulta una auténtica tontería :-P
¿Sabes?… ¡eres el doble de mi amigo Manolo, el cura!(y también profesor de matemáticas).
Al “verte” en esa callejuela lo primero que me he dicho ha sido: ¡¿pero qué hace Manuel ahí?!
Fíjate que creo ayuda el blanco-negro para la mayoría de fotografías que acompañan a esta entrada.
Y a propósito, anoche también me puse yo pa la teeeeeleeeee. Bufffff, el tema es serio y da para varios escritos.
Leve, insisto que no quiero meterme en polémicas. Creo que es cierto lo que dices, pero a lo que me refiero yo es que, a igualdad de condiciones, la generalidad de los hombres tiende más a disfrutar de la vida mientras que la generalidad de las mujeres tiene una actitud más "sacrificada" frente a la misma. Aunque es muy dificil generalizar y hablar de este tema así tan a la ligera.
Yo desde luego, en este caso, en lugar de criticar al sexo "opuesto" por hacerlo, intento aplicarme el cuento. Así que, independientemente de las causas, aprendo la lección e intento sufrir menos y disfrutar más. Víctor, ¿por qué no te has quedao "pa' la teleeeeeeee" en lugar de sacar a pasear la teoría de marras?
Saludos a todos.
juas juas, ya se ha montao el belén..
Antes que nada quiero reiterar que si Clara dice que esa teoría sobre los hombres es mía, debe ser así, pues ella tiene mucha más memoria que yo.
Pero es la pura verdad... cada vez que sale en la tele la típica historia de uno que.. yo qué sé.. que construye barcos con mondadientes, que colecciona arandelas de las latas de Coca Cola, etc.. resulta ser un tío.
Esa teoría no es incompatible con la siguiente, que es mi teoría sobre la vida. (Por cierto Leve, me ha encantado tu refutación de mi teoría.. tan ponderada, tan desarrollada..sólo te ha faltado añadir la palabra "soberana" :-P Anda queeeeeeee).
Digo yo: ¿qué tiene de malo coleccionar arandelas de las latas de Coca Cola, si a uno le hace feliz? ¿no es eso más inteligente, que no saber uno qué hacer para ser feliz?
No es una cuestión de capacidad Leve, efectivamente. Lo de la "posibilidad" está repartido, todos tenemos nuestras limitaciones. Creo que se trata más bien de una cuestión de actitud, de voluntad.
Pero como dice Clara en estos temas no se puede generalizar. Bueno, se pueden extraer ideas generales de la suma de casos particulares, pero no se puede pretender que una idea general aplique a un caso particular, pues eso sería un prejuicio.
Gracias por avisarme de que tengo un doble que es cura.. así no me quedaré a cuadros si algún día alguien me pide por la calle que le reciba en confesión
Pues aprovecha que tienes ese amigo para confesarle todos sus pecados, empezando por lo que me has dicho antes...
Es cierto.. las fotos de los vehículos militares en blanco y negro encajan perfectamente con la imagen que nos hemos hecho de ellos a través del cine.
¡Que buen reportaje...! Nunca dejan de impresionar las fotos de esos cementerios interminables que dan una idea sobrecogedora de lo que allí pasó, mucho más fiel que cualquier otra imagen o película. Aunque ésta que comentas me gusta mucho y la he visto varias veces.
El blanco y negro da un poco de miedo, la verdad :)
Muy buenos también los anuncios. Quizás has elegido los más divertidos, por una u otra razón, del momento. Y creo que la voz es la misma en las dos colecciones, porque hay otro anuncio del mismo coche con un niño que dice tener tres años y éste ya tiene cuatro :)
En polémicas no entro, no, que yo también tengo aficiones raras, aunque no tan grandes como los jeeps.
Un abrazo fuerte.
Querido Victor:
No desprecies su color (suena a cancion de Machin) porque te han quedado muy bien las fotos.
Además has desarrollado la entrada con mucha elocuencia.
Parecia que estaba viendo un documental.
Un "extra", contenido adicional de la pelicula...
¡Me ha gustado mucho tu entrada!
Hablando de fotos: ¿Sobre qué ciudad vuelan los globos del inicio de tu blog?
Un abrazo.
¡Jua-jua-jua! ustedes dos me encantan con sus diplomáticos diálogos y ahora yo sugiero que en lugar de "soberana" la palabra sea "reverenda", por aquello de que ahora tienes un doble que es cura y profe de matemáticas jaja.
El blanco y negro le da un ambiente especial a las fotos, la desventaja es que no pude apreciar algunos detalles.
¿Y deveras donde estas parado era una calle o era la separación reglamentaria que debe haber entre edificios en caso de sismos? no sé si uno se sienta claustrofóbico al pasar por ahí.
Y siempre es un gusto observarte en foto, aunque ya van dos veces que te pones en escala de grises.
También te salió muy bien el reportaje, eres un buenazo reseñando tus n-mil viajes, aunque yo si prefiero las fotos a color.
Saludos a todos!
Ups, se me había pasado contestar a vuestros comentarios, Trenzas+Ángel+Myriam. Mis disculpas.
Trenzas. Sin duda, esos cementerios militares resultan sobrecogedores, con independencia de quienes reposen en ellos. Y las fotos en blanco y negro es verdad que transmiten una sensación "negativa"... no sé bien si es miedo, tristeza, nostalgia, o una mezcla de todo ello, pero nunca "alegría".
Ángel. Esos globos vuelan sobre un pueblecito italiano muy pequeño llamado Mondoví, cercano a Turín.
Myriam. En lenguaje diplomático, cuando dos líderes políticos se pelean en una cumbre, se dice que han tenido una "conversación franca". Pues Leve es una persona "franca", y además lleva un látigo en cada mano, jeje.. (espero que no lea este comentario por el retraso con que lo pongo, porque si lo hace estoy perdido :-P)
jeje, me has pillado, lo de "calle" era una cierta exageración por mi parte, puede ser más bien lo que tú dices. Pero recuerdo bien que era un lugar de paso, y además tenía un farol para iluminarlo, como se puede ser al fondo de la foto.
Saludos a todos.
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