Inauguro con esta entrada una sección de provocaciones varias, ya veremos qué vida tiene.
Esta primera se refiere a un tema muy local, previsiblemente de poco interés para los habituales lectores extranjeros.. pero claro, es el material que tengo más a mano.
Muy frecuentemente vemos alguna persona, en la prensa o en la tele, parafraseando la conocida reflexión de “primero se llevaron a los comunistas, y guardé silencio porque yo no era comunista; después se llevaron a los judíos, y guardé silencio porque tampoco soy judío; un día vinieron a por mi, y no quedaba nadie para protestar…”
La reflexión es magnífica, indudablemente. La pronunció un pastor protestante, Martin Niemöller, al terminar la Segunda Guerra Mundial. Su interesante historia y su contenido completo se pueden consultar aquí.
Esta reflexión se escucha, invariablemente, en boca del “representante” (más o menos autoproclamado) de algún colectivo que se siente perjudicado por alguna modificación legislativa.
Recientemente se ha montado un buen bochinche en España con el asunto de los controladores aéreos, esos reputados apestados sociales. Una buena mañana, el gobierno cambió sus condiciones de trabajo de forma dudosamente legal; esa tarde, abandonaron sus puestos de trabajo, de forma manifiestamente indebida; y a la mañana siguiente, el gobierno “les militarizó”, declarando un “estado de alarma” dudosamente constitucional, para obligarles a volver a sus trabajos bajo amenaza de meterles un buen paquete.
A cuenta de este “estado de alarma” y de la privación de derechos que supone, me llamaba la atención que nadie hubiese alzado todavía la voz para pronunciar, por enésima vez, la reflexión antes mencionada.
Finalmente, alguien lo ha hecho. Lo hicieron ayer dos representantes de los controladores –cómo no-, en un programa de televisión cuyo video pongo al final. Pero, de nuevo, es una “parte afectada” quien utiliza la famosa reflexión en su beneficio o defensa.
A lo que quiero llegar, es a que la reflexión de marras sólo tiene sentido cuando la utiliza alguien que NO haya sido perjudicado por la medida de que se trate. Ahí está la gracia de la frase y la clave del asunto: en saber colocarse en el lugar del perjudicado, sin serlo; y no en que el propio perjudicado la tenga que usar para defenderse. Los controladores aéreos son los comunistas o los judíos de esta película, y somos los demás ciudadanos quienes, por mucha tirria que les tengamos por lo que hicieron, deberíamos defender sus derechos.. si no queremos que, algún día, nos “militaricen” a nosotros. ¡¡Señor, sí, señor!!
Esta primera se refiere a un tema muy local, previsiblemente de poco interés para los habituales lectores extranjeros.. pero claro, es el material que tengo más a mano.
Muy frecuentemente vemos alguna persona, en la prensa o en la tele, parafraseando la conocida reflexión de “primero se llevaron a los comunistas, y guardé silencio porque yo no era comunista; después se llevaron a los judíos, y guardé silencio porque tampoco soy judío; un día vinieron a por mi, y no quedaba nadie para protestar…”
La reflexión es magnífica, indudablemente. La pronunció un pastor protestante, Martin Niemöller, al terminar la Segunda Guerra Mundial. Su interesante historia y su contenido completo se pueden consultar aquí.
Esta reflexión se escucha, invariablemente, en boca del “representante” (más o menos autoproclamado) de algún colectivo que se siente perjudicado por alguna modificación legislativa.
Recientemente se ha montado un buen bochinche en España con el asunto de los controladores aéreos, esos reputados apestados sociales. Una buena mañana, el gobierno cambió sus condiciones de trabajo de forma dudosamente legal; esa tarde, abandonaron sus puestos de trabajo, de forma manifiestamente indebida; y a la mañana siguiente, el gobierno “les militarizó”, declarando un “estado de alarma” dudosamente constitucional, para obligarles a volver a sus trabajos bajo amenaza de meterles un buen paquete.
A cuenta de este “estado de alarma” y de la privación de derechos que supone, me llamaba la atención que nadie hubiese alzado todavía la voz para pronunciar, por enésima vez, la reflexión antes mencionada.
Finalmente, alguien lo ha hecho. Lo hicieron ayer dos representantes de los controladores –cómo no-, en un programa de televisión cuyo video pongo al final. Pero, de nuevo, es una “parte afectada” quien utiliza la famosa reflexión en su beneficio o defensa.
A lo que quiero llegar, es a que la reflexión de marras sólo tiene sentido cuando la utiliza alguien que NO haya sido perjudicado por la medida de que se trate. Ahí está la gracia de la frase y la clave del asunto: en saber colocarse en el lugar del perjudicado, sin serlo; y no en que el propio perjudicado la tenga que usar para defenderse. Los controladores aéreos son los comunistas o los judíos de esta película, y somos los demás ciudadanos quienes, por mucha tirria que les tengamos por lo que hicieron, deberíamos defender sus derechos.. si no queremos que, algún día, nos “militaricen” a nosotros. ¡¡Señor, sí, señor!!
5 comentarios:
Pobrecitos controladores aéreos... sin duda el colectivo más desfavorecido de tooooda Spain. Ni para comer... ni para cubrir sus necesidades más básicas les dan sus nóminas. Todos enfermos, con ansiedad y depresión... al borde del suicidio, por el exceso de trabajo que, eso sí, no les estresaba en absoluto antes del "cambio". ´¿Y qué decir de sus solidaridad... de su empatía... de su nobleza a la hora de exponer sus protestas y desacuerdos?... Y lo valientes que son al admitir su responsabilidad...
No así médicos, bomberos, policías... y otros tantos empleados públicos, quienes lamentablemente abusan de la ciudadanía continuamente. Pero claro, es natural por el poder que tienen y porque sus sueldazos lo justifican todo.
En fin... ante la tremenda -y nunca vista en nuestro país- injusticia, esperemos que el Sr. Blanco, ministro de fomento, recapacite. Amén.
Apuntamos entonces un palote en la casilla de "partidarios de la ejecución pública de los controladores". Amigos de Pepiño: one point.
Ejecución pública no hombre. Sólo directos al paro; desempleo si se prefiere. Claro que para que eso fuera posible previamente deberían haber perdido el monopolio que tienen sobre la formación de sí mismos (laboralmente, se entiende) y que otros tantos homónimos (también laborales) pudieran sustituirles. ¡Uf, me quedé sin aliento! Justo como ellos dejaron a montones de personitas. Hosteleros y etcs incluidos, no únicamente viajeros.
Bueno, me ha parecido escuchar que la fiscalía pretende acusar de sedición. Tendrán que apechugar... ¡pobreticossss!
A ver qué me dices cuando acusen de sedición a los funcionarios que le griten algo al Prezidente.. porque ese es el tema: que como estos tíos cojan carrerilla, nos pueden terminar calificando a todos de sediciosos.
Empezando por ti, sediciosa. Perdón, insurrecta. ;-P
Los funcionarios de la Junta de Andalucía han demostrado estar a la altura y ninguno se ha ausentado de su puesto de trabajo, por más pitadas que se hayan hecho en actos a los que acudiese el ¿Señor? Griñán y su séquito destruye función pública.
Por cierto, sorprendentemente el otro día Antena 3 nacional se hizo eco de la noticia haciendo apuntes ¡verdaderos! a propósito del decretazo (o vergüenza imprensenteibol), además de inconstitucional, claro.
Lo dicho: al paredón no (los controladores)... sólo al paro.
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