Hace un par de días he aprendido algo interesante que voy a tratar de compartir con vosotros. Digo que "voy a tratar" porque no sé si lo sabré explicar perfectamente bien. Vamos a probar.
Estudiando el problema de la inteligencia humana, del agente intelectivo, Aristóteles consideró como elemento esencial o definitorio de tal agente la realización de operaciones de autoconsciencia; esto es, la capacidad que tiene la consciencia humana de separarse de su propia materialidad circundante para analizarla desde fuera, para intervenir racionalmente sobre ella.
Aristóteles atribuyó a este agente intelectivo un carácter natural, por considerar que su origen se encontraba en el propio ser humano; sin bien, en cuando que esas operaciones de autoconsciencia se encontraban fuera de las leyes de la necesidad natural, empleó el término “divino” para identificarlo. Llamó “vida divina” a esta capacidad humana de separación e intervención sobre la pura materialidad.
Tras la muerte de Aristóteles, la escuela que fundó (el Peripato) se disolvió con bastante rapidez. Y entre finales del s. II y principios del s. I antes de Cristo, se produjo una división entre los comentaristas aristotélicos en lo relativo a la conceptuación del agente intelectivo. Esta división iba a tener importantes consecuencias para la posteridad.
El agente intelectivo fue considerado: a) bien como un ente espiritual separado del cuerpo, o b) bien como un ente divino presente en el interior del cuerpo humano.
La primera postura la adoptó inicialmente Temistio, a quien siguieron los pensadores medievales cristianos que utilizaron el aristotelismo para construir una teología sin las contradicciones platónicas (Santo Tomás de Aquino, como el más significado entre ellos). Estos pensadores convirtieron el agente intelectivo de Aristóteles en el alma humana real, a la cual conceptuaron como una entidad separada, responsable de las funciones espirituales que no proceden del cuerpo material. El alma humana dota al cuerpo de la capacidad intelectiva, y se separa de él tras la muerte para responder de sus actos ante Dios.
La segunda postura antes indicada la adoptó Alejandro de Afrodisia. Este comentarista entendió que si el agente intelectivo se encuentra separado del cuerpo humano y es "divino", entonces es Dios. Toda la capacidad intelectiva del ser humano dependería entonces de lo que Dios infunda al cuerpo a través del alma. El ser humano se convierte en un mero receptáculo del agente intelectivo, o lo que es lo mismo, de Dios. Esta versión del agente intelectivo aristotélico la trasladó Averroes al islam.
De este modo, en el cristianismo se llegó a la conclusión de que, aunque el alma es espiritual, el hombre goza de libertad de acción. Tanto la ética como la política son obras libres humanas, sin perjuicio de la responsabilidad final de las almas ante Dios.
Gracias a esta concepción de fondo, en el ámbito cristiano fue posible alcanzar la secularización durante la Ilustración.
Por el contrario, en el mundo islámico se consideró que el ser humano carece de libertad de acción, y que no tiene aptitud alguna para construir una ética o una política puramente humanas.
Debido a esta concepción de fondo, no se ha producido la secularización en el mundo islámico hasta ahora, y es tan complicado que alguna vez se consiga.
Y esta es toda la historia.
Termino con una foto que he tomado esta tarde volviendo a casa. No tiene nada que ver con la entrada, sólo que me ha parecido que esta casa tiene una iluminación muy cuidada.
6 comentarios:
Víctor, lo que nos comentas da para pensar un largo rato. Y también para buscar en otras fuentes interpretaciones alternativas del mismo asunto.
La verdad es que, al menos por el momento, no soy demasiado amante de la filosofía. Pero siempre es posible que alguna vez se me dé por empezar a estudiar esos temas.
Lo que me preocupa es que algunos filósofos hablan (o escriben) como si para ellos estuviera todo clarísimo: "el alma es esto o aquéllo", "el alma tiene tal y tal función", y así siguiendo.
Te comento (hablando a un nivel mucho menor al que nos propones) que hace unos años leí un libro que estaba de moda por esa época: "El mundo de Sofía", que tal vez tú también hayas leído. Lo que me gustó de ese libro es que, aparte de tener una trama intrigante era, colateralmente, un resumen de las ideas de casi todos los filósofos más conocidos. Y que ese resumen tenía, al menos, una pretensión de objetividad. Digo "pretensión" porque, como te dije antes, no soy experto en temas de filosofía y no podría estar seguro.
Así que, por el momento, no puedo agregar nada más... pero, ¿quién sabe?, alguna vez me ponga a estudiar.
Un abrazo.
Creo que es una explicación posible, pero también la influencia de otros pensadores occidentales y creo que en la lectura de la Biblia que es diferente al Corán, aunque parto de la suposición dado que jamás he leído el segundo.
Porque en la Biblia igual hay una importancia del libre albedrío bastante fuerte y desde esa perspectiva, permite hacer lecturas de un alma capaz de tomar decisiones y generar éticas.
En fin, como menciona arriba habrá más explicaciones y es muy probable dado que los procesos siempre son multifactoriales (no es esa la palabra que sé que debería ir allí, pero la he olvidado)
Aunque no conozco a Aristóteles en profundidad, y dudo que llegue hacerlo por su basta obra, creo que mi postura filosófica no apuesta por el alma, así de radical soy filosóficamente, pero probablemente en la praxis sea totalmente diferente.
Hola Roberto. Lo mío tampoco es la filosofía. Estoy estudiando la carrera de Historia a distancia, por mero hobby (y a ritmo de tortuga reumática..), y este año me ha tocado la asignatura de "Filosofía Antigua y Medieval", con lo cual estoy tocando un poco ese mundo, de forma bastante superficial. Pero lo cierto es que me está resultando interesante..
Me suena el libro que dices, pero no lo he leído. Me lo apunto para leerlo este año.
Estoy de acuerdo con lo que dices. La entrada recoge la opinión de "mi profe", que seguro que no será la única. A mi, particularmente, me convence.
Un abrazo
Hola Mariposa. Me pasa lo mismo que a ti: conozco mucho mejor la Biblia que el Corán. Claramente, los aquí presentes formamos parte de la misma "cultura" (por llamarla de alguna forma) occidencial o cristiana, y de no la islámica, lo que claramente puede afectar a la independencia u objetividad de nuestro análisis en cuanto tratemos de comparar una y otra. Ya el mero hecho de que seamos capaces de aceptar la legitimidad de interpretaciones diversas sin sacar la cimitarra, demuestra que estamos infectados por el pensamiento occidental, jeje.
Un abrazo
Leyendo tu entrada con más tiempo, descubro que sería posible relacionar (naturalmente, con cierto esfuerzo...) esas ideas básicas de los antiguos filósofos con el funcionamiento del mundo actual. Y, tal vez, sería posible explicar el porqué y el cómo de ciertos conflictos recientes.
¿Será que los antiguos, sin la distracción de la tele y la internet, ya habían pensado en todo?
Un abrazo.
Hola Roberto. Totalmente de acuerdo. Aquella gente tenía mucho más tiempo para pensar que nosotros. Ya sabes, Erastónes calculó el tamaño de la Tierra con un palo (aparte de descubrir un procedimiento para la detección de números primos, que conocerás mejor que yo..).
Un abrazo
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