La semana pasada encontré en la pescadería unos boquerones que tenían un aspecto magnífico. Siempre los hago rebozados y fritos, pero esta vez se me ocurrió que podría prepararlos en vinagre. Nunca lo había hecho antes, de modo que estuve preguntando, mirando en libros, e investigando en internet. ¡No había una sola receta igual! Finalmente elegí una de ellas, y como el resultado ha sido bastante bueno la compartiré con todos vosotros.
En primer lugar, hay que elegir boquerones bien frescos y grandes en la pescadería. Conviene que sean grandes, porque reducen bastante con la preparación.
Una vez en casa, se les quita la cabeza, las tripas, y la espina. La receta que seguí pedía que se respetara la cola del pez (para lo cual hay que dejar un pelín de espina en ese extremo), a fin de que los dos lomos se mantengan unidos por ese punto. Así lo hice yo también, aunque no he terminado de comprender el sentido último de esto. Supongo que será porque te ahorra tiempo durante el resto del proceso de preparación, ya que te permite manejar los lomos fácilmente de dos en dos. En la foto siguiente vemos el antes y el después.

Una vez limpios los lomos, hay que enjuagarlos bien bajo el grifo, y luego dejarlos una hora sumergidos en agua fría en un recipiente en el que se introducen uno por uno con la piel hacia abajo. Eché hielo en el agua al principio, y otro poco más a la media hora. El objetivo de esto es que los peces se desangren completamente, pues la sangre en lo que produce manchas oscuras en el boquerón ya terminado, y un sabor más fuerte.
Como es sabido, conviene congelar el pescado crudo antes de consumirlo para eliminar la posible presencia del anisakis. La lógica -y la mayor parte de las recetas que he visto- indica que los lomos se congelen en este momento, esto es, después de limpiarlos y antes de macerarlos. En la receta que yo seguí, sin embargo, se congelan los boquerones después de la maceración. Dicho sea de paso, esta opción la escuche por primera vez hace tiempo, como un "consejo" que le daba un pescadero a una señora de esas que se manejan con soltura en el mundo de "la vez"
Bien, entonces en ese punto procedí a macerarlos. Los boquerones enteros pesaban más o menos tres cuartos de kilo. Para esa cantidad de pescado, usé 300 cl de vinagre de vino blanco, 100 cl de agua, un puñado de sal, y el zumo de un limón. Según aprendí durante mis averiguaciones previas, la sal contribuye a que el pescado quede más duro, y el limón a que quede más blanco (¿o era al revés?..), por lo que añadí los dos ingredientes a la mezcla. Sobre la cuestión de la proporción de vinagre/agua, e incluso sobre si hay que emplear agua o no, hay opiniones para todos los gustos. Lo que parece claro es que a mayor proporción de vinagre, menor tiempo de maceración se necesita. En mi caso, los tuve 2 horas macerando en la nevera. En la primera foto que sigue pueden verse los ingredientes usados (salvo el limón), y en la segunda el proceso en marcha.
Transcurrido ese tiempo, se sacan los pececillos uno por uno del recipiente de maceración y, sin escurrirlos, se pasan a otro recipiente donde los iremos colocando por capas, también con la piel hacia abajo, cubriendo cada capa con aceite. En este segundo recipiente los pondremos a congelar durante 48 horas.

¡Y esto es todo! Luego sólo hay que descongelarlos, aderezarlos con ajo finamente cortado y perejil fresco picado, y ya estamos listos para disfrutar de esta típica tapa española. ¡Tanto en plan bareto de mala muerte..

... como en plan más sofisticado!

19 comentarios:
Como no he sido la autora puedo decir que el resultado fue más que bastante buenos. Estaban espectaculares. Realmente ricos.
Para repetir!!!
Qué envidia me dais pareja! Qué pinta tienen los pececillos y qué malo es leer esta entrada a la hora del aperitivo....
Un beso y buen provecho!
Adhiero letra por letra a lo que dice Marina.
Abrazo desde Buenos Aires.
Qué buena pinta!!! Me gustan mucho... gracias por la receta!
Muy bien por la receta... sólo un pero. Es mejor usar vinagre de Jerez. El cambio en el sabor es espectacular. Claro que tienes que emplear menos cantidad, como la mitad más o menos. Saludos!
¡Me alegro Clara! Ahora toca probar con sardinas en vinagre.. seguiremos con caballa, y acabaremos con un atún! :-D
Besos
Marina, de envidia nada, que nosotros estamos muy cerca para los puedas probar. ¡O viceversa!
Besos
Gracias Roberto. ¿En Argentina también se comen los boquerones en vinagre? ¿O allí sólo se come carne riquísima?
Un abrazo
Gracias por tu comentario Mr. Crow, ¡cuánto tiempo sin verte por aquí! Pues ya sabes, manos a la obra..
Un abrazo
Hola Antonio. Pues esa fue justamente una de las decisiones que hubo que tomar. Había debate en las fuentes entorno al tipo de vinagre que se debía usar (vino blanco / jerez / de sidra). Estuve a punto de poner 50% de vino y 50% jerez, pero al final opté por poner 100% de vino porque pensé que sería más neutro y respetaría más el sabor del pez. Pero otra vez probaré con vinagre de jerez.
Gracias, y un abrazo
Víctor creo que los boquerones son lo que aquí se llama anchoas y, hasta donde yo sé, suelen comerse las que se venden saladas, en conserva. También se hacen pizzas con anchoas y salsa de tomate o con anchoas, queso y salsa de tomate.
Saludos.
Hola Roberto. Sí, claramente es lo mismo. En la mayor parte de España (por lo menos en la zona central y sur) se usa el término "boquerón" para designar al pez, y el término "anchoa" para hacer referencia a la preparación en salazón que mencionas. Pero en otras regiones se utilizan otras palabras para referirse al pez: por ejemplo, que yo recuerde ahora, en el País Vasco llaman al pez "anchoa" o en Cantabria "bocarte". Y seguramente en otros lugares usen otros términos que desconozco. Hablo siempre del idioma castellano, claro.
Las preparaciones más comunes del boquerón son fritos (rebozados en harina), salados, y en vinagre. Y los salados (las "anchoas" en mi uso del castellano) van a parar muy a menudo a las pizzas.
Un abrazo
Que curioso. seguí la receta viendo que casi es la misma preparación que suelo hacer.
Me llamó la atención lo de congelarlos.
En mí decía "¿para qué congelarlos si el hervor después mata todo?"
Y claro, ustedes solo lo maceran sin hervirlos!!
Acá le llamamos vinagreta a esa misma preparación, colocadas las piezas en capas, luego una capa de zanahorias, luego otra de peces, otra de ajíes y así puede seguir como quiera uno. Todo tapado apenas con aceite, vinagre y agua y los condimentos que quieras, pero eso en una olla y puesto a hervir hasta que estén tiernas las verduras más duras, en este caso las zanahorias.
Eso antes de enfriarse se coloca en frascos bien tapados y dura mas de un año o dos, lo cual es muy difícil porque siempre me como todo en pocos meses.
Ya me dieron ganas de ir a pescar.
Mi madre y mis abuelos son de Vigo y nunca los escuche hablar de preparaciones de pescado sin cocción.
Muy curioso.
Hola Gamar, ¡me alegra verte de nuevo por aquí!
Pues no me extraña lo que dices, porque en Vigo -o en Galicia en general- no recuerdo haber visto nunca boquerones en vinagre. También es verdad que no los he buscado, porque en Galicia el pescado fresco es magnífico y abundante y allí carece de sentido, pienso, consumirlo en vinagre. Las preparaciones en vinagre, o en salazón (como las anchoas o el bacalao) son más típicas del interior, supongo que como reminiscencia de tiempos pasados en los cuales había que traer el pescado de la costa sin refrigeración y en condiciones de ser consumido.
Si pruebas algún día esta preparación comprobarás que el pescado no parece "crudo" absoluto. Nada que ver con el sushi o el sashimi. Pero sí es cierto que el anisakis no muere de esa forma, con lo cual si el pescado está parasitado, te llevas el gusanillo para dentro. De todas formas, la congelación se ha puesto de moda ahora que se ha popularizado la comida japonesa.. antes se comían los boquerones en vinagre sin congelar y si te tocaba el anisakis pues.. ¡mala suerte!
Una vez preparado (o descongelado, si lo congelas después de la preparación) dura bien una semana en la nevera o un poquito más. Mucho menos que el tiempo que duran cocinados en la forma que dices (que aquí llamamos "en escabeche").
Saludos!
Frescos no...¡fresquííísimos! y ¡siempre!, acuérdate del anisakis poldió (y de la consecuente congelación).
De escándalo te quedaron, dan ganas de comerse la pantalla ¡ñan-ñan!
He dicho :-)
Advina cómo se llama a los malagueños. Mismamente malacitanos :-D
¡Eh, eh, eeeeh... un bareto de mala mujerte jamas... jamás ofrece una "Mahou"! jejejeje... y eso que no me gusta la cerveza jeje...
Se ve delicioso el platillo final pero que paciencia para esperar más de 48 horas para comerte tu tapa :( yo no sé si aguantaría la espera jeje.
Aparte de excelente persona se ve que eres excelente cocinero, afortunados ustedes que se la pasan y comen tan bien :) ¡Saludos!
Leve, perdona por el retraso en contestar, he estado unas semanas un poco en Babia del blog.
Del ansiáis sólo se ha empezado a hablar cuando se ha puesto de moda la comida japonesa, ¿no? Al menos yo no lo había escuchado antes, ni me suena que existiera esa preocupación por la congelación. ¡Si ni siquiera era obligatorio usar el cinturón de seguridad en el coche!
No recuerdo si lo he comentado ya: he preparado una nueva remesa, esta vez de un kilo. Y también he preparado un kilo de sardinas en vinagre. ¡A lo loco! :-D
La Mahou es la que ponen aquí. En tu tierra se bebe más la Cruzcampo, o la Alhambra esa..
jaja venga Myriam, no seas ansiosa, que 48 horas no son nada!
Ey, gracias por lo de excelente persona. ¡Cómo se nota que no nos conocemos! :-P
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