He sabido del reciente fallecimiento de un amigo. No tenía con él una relación cercana, ni frecuente, pero en ese trato escaso pude conocer una persona meticulosa y paciente en la observación de la realidad material que le rodeaba y en la consecuente reflexión sobre la misma; y, sin embargo, aventurada en el terreno de las ideas, impaciente en la espera de un bienestar para todos, y activa en la ayuda concreta a los demás. Y siempre, honesta a carta cabal. Se ha ido una persona valiosa. Si ya echo en falta no poder mantener con él uno de nuestros contactos esporádicos, me puedo imaginar la pérdida que su ausencia supone para las personas que le rodeaban. Un abrazo a todos ellos.
V
Hace 5 años
3 comentarios:
Lo siento.
Eso... un abrazo.
O dos. Abrazos de osos.
Publicar un comentario