En la entrada del día 19 de mayo de 2008 (a la cual pongo aquí un vínculo directo), comentaba un cuento de Borges titulado “Hombre de la Esquina Rosada”. En la propia entrada colocaba un vínculo a una página web donde está colgado ese cuento. El cuento trata sobre una reyerta de taberna, que le relata a Borges una de las personas que la presenciaron.
Pues bien, algún tiempo después de escribir esa entrada leí otro libro de Borges titulado “El informe de Brodie”, un libro de cuentos como muchos de los suyos. Para mi sorpresa, mientras leía uno de esos cuentos (“Historia de Rosendo Juárez” -que no he localizado colgado en internet-) descubrí que se hacía referencia en él a la misma riña tabernaria contenida en “Hombre de la Esquina Rosada”, sólo que en esta ocasión le era relatada a Borges por otro de los allí presentes.
Nos encontramos, por lo tanto, ante unos mismos hechos, pero contados desde las dos perspectivas diferenciadas que, inevitablemente, ofrecen dos personas distintas. ¡Me parece una fórmula magnífica! Y en manos de Borges, el resultado es magistral, naturalmente.
Comprobamos todos los días (sea en nuestra vida personal, sea al abrir el periódico) que unos mismos hechos son percibidos y valorados de forma radicalmente distinta por quienes participan en ellos, o simplemente los presencian. Una preocupante conclusión de esta circunstancia, perfectamente contrastada, sería que la percepción completa y absoluta de una realidad determinada no resulta alcanzable para ninguno de nosotros, si no es mediante la comprensión e integración de todas las percepciones individuales involucradas. Para nuestra realidad diaria, este método de conocimiento no parece factible, se me antoja demasiado exigente o arriesgado para el acomodaticio espíritu moderno. Pero como fórmula literaria, como diversión intelectual, para mí ha sido todo un hallazgo.
La historia de que la tratan estos cuentos, tomando sólo los puntos que ambos tienen en común, es la siguiente. Se encuentran en un bar un grupo de hombres, una banda cuyo líder es Rosendo Juárez, a quien todos consideran el más duro entre los duros. En esto que entra en el bar otro tipo, El Corralero, acompañado de algunos hombres. El Corralero reta a Rosendo Juárez, pero éste evita la pelea y huye. La chica de Rosendo Juárez, llamada La Lujanera, presencia la escena avergonzada y se termina yendo con El Corralero. Esta es la historia en esencia, de la que omito únicamente una pequeña sorpresa.
En “Hombre de la Esquina Rosada”, la historia se la cuenta a Borges uno de los hombres de Rosendo Juárez, un gaucho. Narra cómo ha sido testigo de la completa humillación de Rosendo Juárez, y con él de toda su gente. Aunque al final no resulta ser un espectador tan pasivo como a primera vista parece...
En “Historia de Rosendo Juárez”, es el propio Juárez quien le cuenta a Borges cómo fueron las cosas. No tuvo miedo ante el reto, simplemente tenía otros planes en su vida y no quería sacrificarlos por un desconocido y por una mujer que ya no le importaba, como le había ocurrido poco tiempo antes a un amigo suyo…
Me pregunto si existirá otra versión de la misma historia en la obra de Borges.
En conclusión, y como antes decía, me parece una técnica literaria magnífica y perfectamente viable para historias cortas con pocos personajes, que ofrece muchísimas posibilidades narrativas y que permite efectuar una descripción muy certera de la realidad, tal cual es, multipolar. Me parece extraño que no haya sido más utilizada, la verdad.
5 comentarios:
No había leído antes ninguno de los dos cuentos y el que pude leer gracias a tu link me pareció excelente. Ahora voy a tratar de conseguir el otro para ver cómo es la misma historia contada desde otro punto de vista.
En cuanto a lo que dices sobre lo que ocurre con la realidad misma vista desde diferentes enfoques, te cuento que aquí en Argentina, si oyes dos radios, lees dos periódicos o escuchas a dos personas relatar un mismo suceso casi siempre parece que se refirieran a cosas diferentes.
Como dice un exalumno mío que ahora es profesor de matemática:
Si un amigo estornuda: ¡pobre, se está resfriando!, si no es amigo: ¡contaminador público!
Jajaja, muy bueno el ejemplo...
A mí también me gusta mucho "Hombre de la Esquina Rosada", aunque para españoles resulta difícil de seguir por la cantidad de modismos argentinos que contiene. Sospecho que a ti te habrá gustado mucho la sorpresa final, ¿o me equivoco?
"Historia de Rosendo Juárez" es un cuento tan corto como el otro, pero no lo he conseguido localizar en internet para vincularlo. De todas formas, el libro completo donde está publicado ("El informe de Brodie") es poco voluminoso y tiene otros cuentos también muy buenos, es una buena compra.
Creo que voy a completar ahora un poco la entrada, que al final casi no he comentado nada de los libros.
Sí, por supuesto. La sorpresa final es muy propia de Borges, que es un genio.
He buscado "El informe de Brodie" Creía tenerlo en casa, pero no. No se habrá perdido para todo el mundo, pero a mí me ha fastidiado no poder leer, ahora mismo, esa segunda versión :)
Lo que no es frecuente es que estén en cuentos separados dos versiones de un mismo hecho. Más corriente es que, en una novela, distintos personajes den distintas versiones sobre lo que sucede en ella, pero no es lo mismo que en este caso que presentas. No se puede deslindarde una manera tan radical.
Es por eso que quiero leerlo sin falta :)
Gracias por la recomendación.
Un abrazo, Víctor.
Roberto, coincido completamente, Borges era un genio.
Trenzas, otro aspecto curioso es que "Historia..." realmente sólo se refiere al otro cuento al final, y como de pasada. Podría haber sido concebido como un cuento que nada tuviera que ver con el otro, y, sin embargo, Borges los vincula en un chispazo genial.
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