Y para amenizar una entrada que promete ser espesa, ofrezco música mexicana dedicada a la ciudad de Veracruz, fundada por Hernán Cortés en 1519. Fue la primera ciudad fundada por los europeos en la América continental.
Como punto de partida pongo esta foto, que tomé en el Museo de la Revolución de La Habana el verano pasado:
Prescindiendo de la retórica comunista del s. XX contenida en el párrafo, todavía nos queda una retórica menos evidente, más sibilina: la que se oculta tras la expresión “nuestra isla”
Eso de “nuestra isla” choca bastante con lo que uno puede ver paseando por las calles de La Habana. Aun siendo Cuba una sociedad muy igualitaria, se advierte sin dificultad que el país está integrado socialmente por dos grupos de personas: las de raza blanca (que tienden a ocupar las posiciones con mayor responsabilidad y más lucrativas=con mejor acceso al turista), y las personas de raza negra (todas las demás). Los primeros son descendientes –y bastante cercanos- de españoles (como el propio Castro, cuyos padres nacieron en Galicia), mientras que los segundos fueron traídos de África como esclavos.
No sé si en Cuba quedará todavía algún descendiente de las poblaciones precolombinas, yo no vi ninguno. En el colegio nos contaban que los pocos aborígenes que vivían en el Caribe a la llegada de los españoles no se habían organizado en sociedades complejas, y fueron rápidamente exterminados por las guerras de conquista y por las enfermedades europeas –la viruela, principalmente-; exterminio que motivó la necesidad de trasladar esclavos negros desde África para poder explotar económicamente la tierra descubierta.
Pero una cosa es evidente: ni blancos ni negros se encontraban en la isla cuando llegaron los españoles, luego difícilmente pueden utilizar en primera persona la expresión “nuestra isla”. Si alguien podría hacerlo serían, caso de sobrevivir, aquellos aborígenes desposeídos, y no los españoles que les conquistaron ni los negros que llegaron obligados a la isla. Bien es verdad que esos aborígenes habrían de hablar de “nuestra isla” con la boca pequeña y sin alardear demasiado, pues probablemente se la habrían usurpado también, previo proceso de exterminio, a otros pueblos que les precediesen en la ocupación de la isla, más débiles que ellos o menos preparados para la guerra.
Me parecería razonable y ajustada a la realidad la expresión “nuestra isla”, si el cartel del museo estuviese escrito en un idioma precolombino, y no en español; si los funcionarios del museo fuesen indígenas, y no blancos o negros; o si el edificio del museo fuese una pirámide, y no un edificio señorial del s. XIX como hay miles en España. Abajo, el salón principal del museo:
Esta misma sensación la tuve también en un museo de Costa Rica –donde se mantenía el mismo mensaje sobre la conquista que en el museo cubano-, ante la visión de una pared sobre la que colgaban los retratos de todos los prohombres que habían dirigido el país desde la época de la conquista hasta la actualidad; estaban todos cortados por el mismo patrón: blancos, regordetes, con pelo blanco a los lados de la cabeza e inexistente en su parte superior… el eterno abuelete español.
El mensaje que trasladan estos museos al visitante –y que lógicamente no se inventan, sino que responde a la “doctrina” oficial del Estado- viene a decir algo así como: “Nosotros estábamos aquí tan tranquilos en nuestra sociedad feliz; llegaron entonces unos tipos barbudos de muy lejos a explotarnos, y nos tuvieron un tiempo dominados, pero luchamos contra ellos y finalmente los expulsamos”
Y sin embargo, valorando todas las circunstancias concurrentes, creo que un mensaje más sincero sería: “Nosotros vinimos de muy lejos para establecernos en esta isla; como nuestro país de origen se aprovechaba de nosotros, y nos obligaba a enviarle la riqueza que producíamos, al final decidimos separarnos de ellos; vencimos a su ejército, expulsamos a sus gobernantes, y formamos nuestro propio Estado”.
El lenguaje “oficial” considera a los españoles como unos extraños que llegaron a “nuestra isla”, obviando el hecho fundamental de que los habitantes actuales de los países “descubiertos” son los descendientes directos de aquellos “extraños” (y más específicamente, de los valientes que se fueron en busca de un futuro mejor, y no de quienes permanecieron en España resignados a su pobreza), y conservan de sus ancestros españoles los elementos esenciales que definen a una cultura, tales como la lengua, la religión, o la raza (ésta última de forma desigual según los países, pero se trata del elemento menos importante de los tres).
Pensando sobre las causas de este desapego tan llamativo con los antepasados, me atrevo a formular una hipótesis. De entrada, hay que considerar que los hechos históricos son los que son, pero el análisis de los mismos pertenece a la época en que se realiza. Al igual que con unos mismos mimbres pueden elaborarse cestos de muy diversos formatos, los hechos históricos también se ordenan y moldean en función del mensaje ideológico más conveniente para quien lo elabora, que naturalmente siempre es la clase dirigente.
La situación social y económica que presenta en la actualidad la mayor parte de los países “descubiertos” por España no es, desgraciadamente, la mejor de las posibles. Se suele decir que el éxito tiene muchos padres, mientras que el fracaso resulta ser huérfano, y en este caso el refrán se cumple; pues en última instancia, el mensaje oficial que se ofrece del descubrimiento y la conquista ampara la idea de que la responsabilidad del fracaso presente debe atribuirse exclusivamente a un factor pasado y externo -el expolio que se habría cometido por los españoles-, y nunca a los actos de la clase dirigente del propio país ya independiente, que se encontraría así automáticamente absuelta por la historia.
Este mecanismo se pone todavía más de manifiesto si lo contrastamos con el proceso equivalente en los Estados Unidos, un país también “descubierto”, y también nuevo, que ha conseguido sin embargo convertirse en el más importante del planeta. Allí no tienen ningún inconveniente –todo lo contrario- en adoptar el segundo de los mensajes que antes citaba como ejemplo. Para los ciudadanos de origen inglés, es motivo de orgullo poder rastrear su origen hasta la lista de pasajeros del Mayflower. En la zona que ocupaban los ingleses antes de la independencia (las 13 colonias de la costa Este) no queda vivo ningún descendiente de los indígenas norteamericanos, al igual que ocurre en Cuba… pero los modernos estadounidenses no afirman que los ingleses “llegaron a nuestra tierra”, sino que reconocen y asumen que fueron ellos mismos (primero bajo bandera inglesa, luego americana) quienes invadieron unas tierras que pertenecían otros pueblos. Asumen las culpas de sus ancestros en el exterminio de los aborígenes y, a cambio, pueden atribuirse con pleno derecho el mérito exclusivo de haber enviado un hombre a la Luna.
Pero hay algo más. Me temo que esa capacidad de asumir las propias responsabilidades no es una mera consecuencia, ex post, del éxito de un país… sino que constituye la causa misma de su triunfo. Pues -hablando en general y no sólo por el tema que aquí trato-, quien tiene obligación de responder por el resultado de una labor que le haya sido asignada, procurará acometerla correctamente y culminarla con éxito por la cuenta que le trae; y quien, para evitar esa responsabilidad, procura colocarse siembre en el papel de víctima, culpando de sus males a enemigos más o menos inventados, presentes o pasados, internos o externos, al final consigue la impunidad que persigue para el resultado de sus propios actos, por lo que el fracaso de su gestión se encuentra prácticamente asegurado.
Volviendo a nuestros queridos hermanos “descubiertos”, pienso que a sus clases dirigentes, en cuanto redactores del mensaje oficial sobre el descubrimiento y la conquista, cabría plantearles tres o cuatro preguntas muy sencillas, como por ejemplo: ¿en qué cambiaron las cosas tras la independencia? ¿se terminó con la explotación de los indígenas por la minoría criolla? ¿cuánto tardó el país recién nacido en embarcarse en alguna guerra con sus vecinos?.. en resumen, ¿qué han hecho desde hace 200 años para fortalecer los derechos individuales de la población y para aumentar su bienestar económico?
Y aquí me quedo. Podría hablar de otras cuestiones conexas, asomándome peligrosamente al abismo (¿la responsabilidad se limita exclusivamente a las clases dirigentes, o corresponde también a los ciudadanos?... ¿no será la actitud de los dirigentes un reflejo de la actitud individual de los ciudadanos dirigidos?... ¿esa incapacidad para asumir las propias responsabilidades por parte de dirigentes y dirigidos, no será una herencia cultural de España (otra más), y la causa de nuestro propio retraso en relación con los países más desarrollados de Europa?), pero me voy a limitar al objeto estricto de la entrada. Además, estoy cansado de escribir.
8 comentarios:
"De entrada, hay que considerar que los hechos históricos son los que son, pero el análisis de los mismos pertenece a la época en que se realiza"
Esto que dices, define muy bien los límites de lo que debería ser.
No podemos extrapolar al tiempo histórico que nos venga en gana, los acontecimientos que sucedieron en otro tiempo concreto.
No voy a defender las matanzas de indios por los españoles ni las que fueron al contrario, pero era ese momento histórico y a casi nadie se le ocurrió pensar que se podría obrar de otra manera.
Tampoco se le ocurrió a Fidel ponerse a esperar un cambio democrático, y además ya no luchaba contra españoles, sino contra los USA, que eran los prácticos dueños de la Isla.
Ahí quizá quiso hacer gala de lo que dices, sobre la responsabilidad de las clases dirigentes. Si no actuaban bien por las buenas, pues por las malas.
Tampoco es que haya derivado en un paraíso, como ya comentas.
Me ha encantado leer esto tan sensato. ¡Felicidades...!
Un abarzo, Víctor.
¡Menuda entrada!
Leyéndola y escuchando la música me has casi forzado a recordar "El dios de la lluvia llora sobre México", creo que lo comentaré en mi próxima entrada (ya sea cuando acabe exámenes o cuando vuelva de Holanda)...
Realmente es un tema un tanto polémico, juzgar desde el punto de vista del siglo XXI es bastante fácil. Pero...¿Quién sabe como habríamos reaccionado en la época de la conquista? La forma de ser de uno viene condicionada por la genética, por elambiente y también por la época en la que te toca vivir. Sobretodo por la época en la que te toca vivir, en la que tienes una soportunidades u otras y en la que te ves envuelto en la história quieras o no. No pretendo justificar ninguna matanza, pero es prácticamente a base de guerras que se ha escrito la história. Y la conquista, por supuesto, no estubo exenta de ellas. El tema de ser descubiertos o colonizados, descubridores o colonizadores e sabstante peliagudo...si nos ponemos estrictos acabaremos por decir que el auténtico descubridor de América fue el Homo Erectus. Quiero decir que la história la han escrito desde siempre los vencedores, y pocas veces los vencidos han podido decir nada. Que los indígenas americanos se vieron literalmente aplastados es un hecho innegable, pero que Hernan Cortés, Critobal Colón y muchos de los conquistadores no sean dignos de mención es otro cantar. Hay que verlo globalmente, por ejemplo la conquista de América trajo a Europa la patata ¿Quantas vidas fueron salvadas de la inanición? Cierto es que habría sido mucho mejor y más noble establecer una ruta comercial directamente con los indígenas autóctonos. Pero no fue así, y no pueden pagar los hijos por los delitos de los padres. Las redenciones no són hereditarias y lo que hay que hacer es recordar siempre que "los pueblos que olvidan su historia estan condenados a repetirla". Aprender de los errores pasados y tratar a los demás como hermanos, dejando para el estudio los conquistadores, los descubridores, los descubiertos y los conquistados.
Víctor, cuando estaba pensando qué comentario hacer sobre esta interesante entrada que has puesto, aparece el comentario de Carol y, luego de leerlo, debo decir que coincido casi letra a letra.
Sólo agrego aquí, brevemente, dos puntualizaciones:
La primera sobre el texto de Carol:
dice ella "pero es prácticamente a base de guerras que se ha escrito la história"; y es así, nos guste o no en el siglo 21. Si, por ejemplo, el Imperio Romano no se hubiera extendido geográficamente como lo hizo, posiblemente no estaríamos aquí nosotros para discutir estos temas en este blog. Destaco también la importancia de releer con cuidado su último párrafo sobre la utilidad (o no...) de juzgar los hechos del pasado.
La segunda puntualización tiene que ver con la expresión "nuestro país" o "mi país". Yo tengo seis bisabuelos italianos y dos españoles (de Asturias) y aun así uso esas expresiones cuando me refiero a la Argentina... y no siento que sean incorrectas pese a que no tengo antepasados entre los primeros ocupantes del territorio nacional.
Desde luego que digo esto para deslindar la cuestión idiomática de la cuestión política y no para juzgar bien o mal a los actuales gobernantes de la isla de Cuba ya que creo que esto último no se encuentra entre los objetivos de tu blog.
Un abrazo desde Buenos Aires.
Ah! que fuerte está todo esto. Te aplaudo el hecho de que dentro de todo lo que escribiste no te pusiste a defender "al bando español" pues así tiene aún más credibilidad todo lo que acertadamente dices en esta entrada.
Primeramente me llama mucho la atención eso de la pobreza en España en tiempos de la conquista, y lo que dice Carol sobre la introducción oportuna de la papa para remediar el hambre que se vivía entonces ¿tiene relación con la historia de los nabos de tu entrada anterior?. Como sea, se me hace muy interesante ese dato, pues de ser así creo que en esa época les ha de haber venido como anillo al dedo todos los recursos que los conquistadores encontraron en la amércia precolombina.
Ahora bien, algo con lo que estoy de acuerdo es que uno como mestizo siempre tiende a achacarle la culpa de sus males a los que vivieron antes que nosotros en este lugar y decimos que hay muchos problemas, vicios y malas costumbres que nos han "heredado" los españoles. No niego que en parte sea cierto pero también es cierto que después de casi 200 años de independencia, ya no se les puede echar tanto la culpa a terceros. Desafortunadamente creo que es cierto eso de la genética pues nosotros mismos, específicamente los mexicanos, aceptamos que tenemos una tendencia natural a no esforzarnos más allá de lo requerido, a reparar más que prevenir, a dejar que nuestros impulsos sean más fuertes que nuestra voluntad y costumbres más o menos así de negativas que nos caracterizan, claro que tenemos otras muy buenas que podrían ser objeto de una futura discusión.
Quizá es por eso que, aunque vamos muy bien a la fecha y se han logrado bastantes avances en estos 200 años específicamente en México, no hemos podido florecer como se debe pues, capital humano y recuros los tenemos, la cosa es simplemente cambiar la mentalidad.
Por cierto, muy buena tu música veracruzana, yo he ido a Veracrúz y es un lugar muy bonito, me has sacado una sonrisa y haces que piense que efectivamente hay una hermandad entre ambos pueblos, a pesar de todo.
Saludos a todos los que escribieron sus comentarios, todos son muy buenos y les he aprendido algo.
Muchas gracias a todos por vuestras extensas e interesantes reflexiones, me parece un auténtico lujo que podamos estar comentando este asunto de la conquista entre tres españoles y dos americanos. Como habéis hecho unos comentarios tan completos no voy a re-comentar todo lo que decís, porque entonces este comentario mío tendría que ser tan largo o más que la propia entrada (la materia da para una tertulia de café), pero sí me apetece deciros algo a cada uno.
Trenzas: tienes razón, quizás ese “nuestra isla” del cartel se dirija también a los Estados Unidos, no lo había pensado. Y sobre lo determinante del momento histórico, es un poco a lo que me refería… sería interesante saber cuántas cosas que hoy nos parecen absolutamente normales y aceptables, serán consideradas deleznables dentro de 500 años… porque seguro que las hay, y no las podemos ni imaginar.
Carol: y ¡menudo comentario! también el tuyo… Lo de las responsabilidades colectivas es un tema que tiene mucha miga… si las adjudicas por estrictos vínculos de sangre, entonces los españoles de hoy estaríamos libres de culpa –no somos nosotros los hijos de quienes fueron y cometieron los excesos-... si las adjudicas según un criterio territorial, entonces seríamos los únicos culpables. En ese caso, si bien es inconcebible que una eventual responsabilidad conllevase un castigo por las conductas pasadas de otros, el planteamiento de una reclamación patrimonial por beneficios económicos presentes, aunque deriven de hechos pasados, no sería tan inconcebible, aunque imposible de cuantificar… El libro que comentas no lo conozco; por mi parte te recomiendo “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España” de Bernal Díaz del Castillo. Era un soldado que iba con Cortés, y el relato que hace en primera persona de la llegada a Tenochtitlan es magnífico. Es un documento histórico de primer orden… Y en cuanto a lo que dices de Holanda, te voy a pedir un favor: ¿me puedes enviar a la dirección de correo que tengo puesta en el perfil una foto con un paisaje holandés? Haré una entrada con ella.
Roberto: a mi también me ha gustado mucho el último párrafo de Carol, creo que da completamente en el clavo… también estoy de acuerdo con tu puntualización en cuanto al sentido de la expresión “nuestra isla “, tan pronto naces en un lugar nadie puede decir que no es tuyo (en eso consiste justo la conquista…), me refería más bien al uso que se hace de la expresión en el cartel, retrotraído al s. XVI (y efectivamente no era una crítica a Castro, es algo mucho más genérico)… En algún lugar he leído que los argentinos son italianos que han aprendido español, veo que en tu caso es así :-)… si me dices de qué zona de Asturias son tus bisabuelos rebuscaré por aquí a ver si tengo algunas fotos del lugar y haré una entrada con ellas.
Myriam: en realidad el oro de América pasó de largo por España, se empleó fundamentalmente para sufragar las guerras contra Francia, Inglaterra, los Países Bajos, los Turcos… en general contra todo bicho viviente. Así que España siguió siendo pobre, la acabó invadiendo Francia en época de Napoleón, y fue entonces cuando comenzó la independencia de las naciones americanas… Y en cuanto al futuro de México (que es a lo que hay que mirar, más que al pasado), ya es el país más poblado de habla hispana y dentro de no muchos años debería pasar a España en Producto Interior Bruto. Lo fundamental es la EDUCACION, y en ese aspecto aquí no dejamos de retroceder.
Pues nada, muchas gracias de nuevo y un abrazo para todos. Hago extensiva a todos los lectores la petición que le hago a Carol sobre una foto de su viaje a Holanda, si alguno me envía una foto que le parezca representativa de su ciudad, región, etc… y me indica dónde está tomada, la pondré aquí en el blog.
Y si, pasaron cuatro meses pero no puedo pasar por esta entrada sin escribir algo ( y trataré de no irme para la filosofía para que no acusen a tu blog de “reflexiones de alto nivel”).
Existe en América, por lo que me han comentado, una manera de definir a los Argentinos por sus ancestros Así se dice que:
los mexicanos descienden de los Aztecas, los guatemaltecos de los Mayas; los Peruanos de los Incas y los Argentinos de los barcos.Aclaro, que en mi caso tengo un pie aún en la escalinata del barco, pues mis abuelos fueron españoles (castellanos y gallegos), mi padre argentino y mi madre castellana. Trato de lograr la síntesis pero aún no creo haberla conseguido, muestra de esto y sin pensarlo a dredee es que el nombre de mi hija es Ailín Rocío, el primero un nombre mapuche, pueblo originario del sur de sud américa en lo que hoy es Bariloche, que significa clara, transparente y el segundo bien español.
Coincido plenamente con lo escrito por Trenzas sobre el juicio que se realice a los hechos históricos y me preocupa de gran manera saber ¿cuál es el lapso de tiempo, hacia atrás, que los juicios con realizados con nuestros “códigos” son válidos? Por ejemplo, las muertes de inocentes en los circos romanos, ¿habilita a juzgar como genocidas a los emperadores romanos? Yo creo que no, pero si la pregunta la formulamos sobre los jerarcas nazis que asesinaron a miles de personas en los campos de concentración de la segunda guerra, mi respuesta es un rotundo SI.
Nótese que en mis escritos me refiero a los emperadores romanos y a los jerarcas nazis y no al pueblo romano ni al alemán, por lo tanto me parece abusiva la frase que los “españoles tiene la culpa de todo lo que pasó”.
¿A los conquistadores se los puede culpar por las muertes causadas en estas tierras? Recordemos que en esa época los supuestos seres humanos debatían si los pueblos originarios tenían o no alma (y otro tanto había ocurrido un milenio antes obre las madres de sus hijos, o ¿acaso los teólogos no discutían si las mujeres eran seres humanos?) a la vista del siglo 21, este tipo de seres se diferenciarían de los gorilas sólo por la cantidad de cromosomas. ¡Pero este juicio no tiene valor! Eran seres humanos que pensaban de esa manera.
El paralelo que establece Víctor con la conquista de las tierras al norte del río Colorado es interesante y me lleva a preguntarme, ¿por qué los americanos del norte tardaron casi 200 años en cruzar del este al oeste, y los conquistadores de centro y sud américa la recorrieron toda en menos de 100 años? ¿Donde fue a parar toda la riqueza que se “exportó” de las diferentes culturas americanas?, pero esta última pregunta se la dejo para que la contesten los compañeros europeos.
El comentario de Víctor sobre el “acomodo de clases” en la isla de Cuba y el rol social que le roca a los blancos y los negros, tengo para comentar que los mismo ví en San Salvador de Bahía, Brasil allí estuve hace unos cuantos años (de luna de miel, por ello el no querer hacer la cuenta) y me llamó mucho la atención que siendo una población mayoritariamente negra, al ir a cenar a un restaurante acomodado, las únicas personas negras eran los mozos (camareros) ¿qué casualidad no?
Sobre lo que hicieron los criollos por los pueblos originarios, me remitiré a lo que más o menos (más menos que más) conozco. Y es la conquista del desierto ocurrida en la Argentina en el último cuarto del siglo 19. En esa época ya no se puede decir que los seres que la vivieron no serían considerados humanos modernos, es más, estudiaban en Europa, usaban galera e iban a la iglesia los domingos …. pero …. No se privaron de comenzar un genocidio sobre los dueños de la tierra, y lo que es peor, en la actualidad en que estos hechos están certificados (aunque se discute si es válido o no usar el término genocidio) hay cientos de plazas, calles y monumentos que recuerdan, no a los indios muertos sino a sus asesinos.
Para terminar, que ya se hizo largo, nunca mejor la frase: El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra. No podemos culpar a los conquistadores aceptar que de una de las esquinas de la plaza de mayo, justamente la sur, nazca una calle llamada Diagonal Julio A Roca, que por justicia popular no figura en la wikipedia.
Saludos para todos.
Pd: les propongo que para referirse a los pueblos precolombinos de América utilicemos el término pueblos originarios antes que aborígenes, pues ellos tienen el mismo origen incierto que el nuestro.
La acusación de "reflexiones de alto nivel" no debe ir dirigida a mi blog, sino al tuyo, que yo meto muchas entradas completamente intrascendentes... ya nos explicará la autora de la expresión a quién se refería, jeje.
En cuanto a la pregunta que lanzas a los "compañeros europeos", te doy mi opinión... yo diría que el descubrimiento y conquista de América fue, en conjunto, algo positivo para España, pero sólo por un motivo no buscado: la expansión del idioma. Con ello se ha creado una comunidad cultural muy grande de la cual formamos parte, y eso es algo que me parece muy beneficioso para todos los países que la integran, y, sobre todo (lo que más importa) para los individuos que formamos parte de ella... es un beneficio difícil de cuantificar económicamente, pero su realidad me parece indudable.
En todo lo demás (política y económicamente), y visto el asunto con la perspectiva del tiempo, diría que no resultó beneficioso para España... América era un continente demasiado grante, y España un país demasiado pequeño, y a España se le atragantó el asunto, no lo supo gestionar adecuadamente..aunque pienso también que no podría haber sido de otra manera, es como si un niño se encuentra abandonado, al azar, un camión lleno de caramelos: eso no puede acabar nada bien.
Para España supuso una sangría de población que todavía se hace notar (la razón por la que hoy tenemos 40 millones de habitantes, y no los 60 de Inglaterra, Francia e Italia). Económicamente fortaleció a la Monarquía, lo que impidió que triunfara una revolución burguesa como la inglesa de 1642 o la francesa de 1789 (revoluciones magníficas, que crearon los pilares de los Estados modernos). El dinero que llegó de América se malgastó por la Monarquía en absurdas guerras familiares y sucesorias por toda Europa... de forma que en la etapa del mercantilismo de los siglos 17 y 18, y a diferencia de otros paises (Inglaterra fundamentalmente), en España no tuvo lugar la acumulación de capital que posibilitó la revolución industrial del siglo 19, a la cual llegamos con mucho retraso, como siempre...
En fin, un desastre.
Nos benefició mucho (aunque sea una paradoja), una invasión extranjera, la de Napoleón en 1808, porque trajo a España las ideas liberales de la revolución francesa, y la fragilidad de un país invadido dio pie a que se iniciasen los movimientos de independencia en casi toda América... a esas alturas de la historia ya no tenía ningún sentido la presencia de España en América, y fue bueno para todos que el proceso de independencia fuese rápido y con poca sangre.
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