lunes, 25 de mayo de 2009

Universidad de Heidelberg (I)

Esta entrada va dedicada a los lectores que sois físicos (en su acepción académica, se entiende), esto es, Myriam, Roberto, RobertoV y Civilis.

El viaje a Heidelberg que hicimos en marzo pasado tuvo como motivo, o excusa, visitar a un primo de Clara, otro físico en ciernes, que está allí de Erasmus.

Aclaro a los lectores americanos que “Erasmus” es un programa educativo europeo, que permite a los universitarios estudiar un año de la carrera una facultad de otro país de la Unión Europea, y convalidar luego las calificaciones obtenidas por el alumno, en su país de origen. Es un programa que utilizan miles de alumnos hoy en día; puede decirse que ha sido un gran éxito. La opinión generalizada es que los alumnos, más que a estudiar, salen de su país a divertirse todo lo que pueden. Supongo que habrá de todo. Lo cierto es que el desconocimiento inicial del idioma constituye un obstáculo evidente para un conseguir un buen aprovechamiento académico, por lo que no tiene demasiado sentido salir a estudiar al extranjero, sólo por un año, si ese aprovechamiento fuese el único objetivo. En mi opinión, el valor del programa Erasmus radica en que permite a la gente salir de la seguridad de su casa, conocer otra cultura, aprender otro idioma, y establecer relaciones personales con otros europeos… lo que contribuye mejor que nada a la formación de una sociedad civil propiamente “europea”, por encima de los países.

Bien, al grano. Heidelberg tiene una universidad muy grande en relación con el tamaño de la ciudad. La Universidad de Heidelberg fue fundada en el año 1386. En la actualidad, tiene fama de buena. En Heidelberg tienen también su sede algunos Institutos de la Sociedad Max Planck –imagino que vinculados a la universidad-, entre ellos el Instituto de Física Nuclear.

Los órganos centrales y representativos de la universidad se encuentran en el centro de la ciudad, mientras que las facultades donde estudian los alumnos se hallan en una zona nueva de las afueras. Adjunto un planito para que lo veáis. La zona nueva a la que me refiero es el sector de edificios que se puede observar en el cuadrante superior izquierdo del mapa, entre el río (abajo) y los nombres Im Neuenheimer Feld (arriba) y Neuenheim (derecha).

Dado el motivo de nuestra visita, uno de los lugares que fuimos a conocer fue, precisamente, la universidad, lo que me dio ocasión de tomar algunas fotos pensando en una entrada como ésta que ahora escribo, aunque fuesen poco “turísticas”.

La primera foto es de una placa, que dice: “En esta casa, Kirchhof, en 1859, experimentó el análisis de espectros que había descubierto con Bunsen, sobre el sol y las estrellas, y con ello desarrolló la química del cosmos.”

Esa placa de arriba, está puesta en esta casa de abajo (la placa de la derecha):


Y justo en la acera de enfrente, se encuentra esta estatua de Bunsen:


Esta es la sede de la facultad de física:



La foto siguiente está tomada desde el atril del Aula Magna de la universidad… si Kirchhof habló alguna vez para la comunidad universitaria, lo haría en ese mismo lugar:


En el edificio principal de la universidad, en el centro de la ciudad, tienen un pequeño pero jugoso museo, donde se exponen diferentes aparatos antiguos, creados o utilizados en la propia universidad. Entre ellos, el espectrógrafo de Kirchhof y Bunsen:


Aquí tenéis un plano de la zona universitaria nueva:


Los números asignados a los edificios figuran ostensiblemente en sus fachadas, de forma que resulta muy fácil encontrarlos desde lejos:


Y por último, os pongo aquí una foto de la sede del Instituto Kirchhof de Física.


4 comentarios:

Roberto dijo...

Víctor y lectores:
Unos comentarios. Interesante el relato, sobre todo la relación Kirchhoff-Bundsen.
Al primero se lo asocia con ciertas leyes de la teoría de circuitos eléctricos y al segundo con un mechero de laboratorio, pero sin embargo, el trabajo conjunto de estos dos hombres, creó las bases de la espectroscopía. Tan usada en la actualidad.
También es creación de Kirchhoff la denominación de "radicación del cuerpo negro" y enunció una ley importantísima (ver
http://es.wikipedia.org/wiki/
Ley_de_Kirchhoff_de_la_
radiación_térmica
todo en un renglón, [¿por qué no usan campos más anchos?]
)
Que dio lugar décadas más tarde a la física cuántica.

Por otra parte en la universidad donde enseñamos con Roberto, también existe un sistema de intercambio estudiantil que consiste en irse una temporada a universidades Americanas o Europeas. De la misma manera que europeos y americanos vienen a Bs As. Como comentaba Víctor, la barrera del idioma hace que la estadía desde el punto de vista académico no sea muy fructífera pero que por lo menos, como decimos en el laboratorio, conocer otro gallinero, nos da idea de que clase de pollos somos.
Esperamos la segunda parte de la nota.

Roberto dijo...

Cuando uno lee en un libro fórmulas y teoremas, a veces (sin proponérselo) termina creyendo que han existido siempre. Pero ver los lugares que han transitado y los aparatos que han usado los investigadores del pasado genera la idea de que todo eso que uno lee fue realizado por unos seres humanos de verdad, con esfuerzo y, posiblemente, con sus momentos de euforia y también sus momentos de preocupación cuando los experimentos no salían como esperaban.
¡Muchas gracias, Víctor!
No lo vas a creer pero la palabra que sale para validar el comentario es TEREM... ¡hablando de teoremas...!

Víctor dijo...

RobertoV, es cierto, conocer a los demás ayuda a conocerte a ti mismo.
La segunda parte no tiene nada que ver con la ciencia, más bien todo lo contrario..

Víctor dijo...

Efectivamente... y si alguien pudo ser el primero en descubrir algo, ¡también podemos ser nosotros los primeros algún día!
En ese aspecto las ciencias son más agradecidas que las letras, pues todo el mundo puede "crear" algo, pero "descubrir"... eso es otra cosa.
Saludos