La isla de Lanzarote cuenta con tres atractivos fundamentales: la naturaleza, la tranquilidad del ambiente, y la obra del arquitecto (y pintor, y escritor, etc..) César Manrique. Tiene algunas playas bonitas, pero comparte un grave problema con el resto de las islas Canarias: el agua del mar es más bien fría. Cuando llevas un rato en el agua te terminas acostumbrando, pero al entrar en ella por primera vez notas un dolor en los pies que te llega hasta el alma. Nada que ver con las aguas del Caribe, aguas en las que entras a gusto y te traen un recuerdo del pasado más remoto, de cuando flotabas despreocupadamente en el líquido amniótico.
La isla, como todas las Canarias, tiene un origen volcánico. La particularidad de Lanzarote se encuentra en que sufrió una enorme y larga erupción en una época relativamente reciente (entre los años 1730 y 1736), que generó grandes coladas de lava líquida y ha producido como resultado extensos campos de lava sólida, negros, yermos e impracticables. Por la carretera tiene uno la sensación, en momentos, de conducir con un coche alquilado sobre la superficie de la Luna.
Las coladas de lava crearon galerías subterráneas que discurren entre los volcanes situados en el centro de la isla, y el mar. Son como grandes tubos vacíos situados a poca profundidad, como puede verse en esta primera foto. Esta foto ayudará a comprender mejor alguna de las posteriores.

Bien, dedicaré esta entrada a César Manrique y su obra, y la siguiente a la isla propiamente dicha.
César Manrique fue un arquitecto lanzaroteño que creó un estilo personal, muy adaptado a la isla, con el que diseñó gran parte de los edificios o construcciones que se visitan en Lanzarote. Fuera de las Canarias sólo realizó un trabajo, la "dirección artística" del Centro Comercial La Vaguada, de Madrid.
Construyó su propia casa sobre un campo de lava. La casa tiene dos plantas, una a nivel de superficie, y otra subterránea. Ejecutó la planta inferior transformando las cavidades naturales del terreno en habitaciones, y aprovechando las chimeneas existentes en la lava para colocar lucernarios que llenan la casa de luz natural.
Estas dos primeras fotos son de la planta superior:
Y estas dos son de la planta inferior:
La foto que sigue pertenece a una sala de la primera planta, habilitada actualmente como museo. Atención al detalle de la lengua de lava que parece entrar por la ventana, con el volcán al fondo.
Las cinco fotos siguientes son de la obra más conocida de César Manrique, Los Jameos del Agua. El marco físico es uno de esos grandes tubos subterráneos naturales que antes comentaba, en un punto ya muy próximo al mar. En ese lugar, Manrique desarrolló un espacio con diversos usos: un restaurante, una piscina, un pequeño museo sobre vulcanismo, y un auditorio. Todo ello aprovechando la naturaleza, adaptándola más que alterándola.
Otra obra muy conocida y visitada de Manrique es el Mirador del Río. Realmente aquí lo interesante es la espectacular vista que se disfruta de unas pequeñas islas adyacentes a Lanzarote (La Graciosa, Alegranza, y Montaña Clara), pero de nuevo destaca el trabajo de Manrique por lo bien integrado que se encuentra el mirador en la naturaleza -en un acantilado, en esta ocasión-
La foto que sigue está tomada en el restaurante La Era, en el pueblo de Yaiza. Es una construcción tradicional de la isla que -según publicitaban- había sido rehabilitada por Manrique. No es un lugar que se visite, aquí vinimos a comer.
Para terminar, unas pocas fotos del Jardín del Cactus, también obra de Manrique.
En la próxima entrada subiré algunas fotos de la isla y su naturaleza. Lamentablemente, resulta imposible reflejar en la entrada de un blog la paz y tranquilidad que se respira en Lanzarote, ni la suavidad de su clima. Al final es lo que más echas de menos cuando vuelves a Madrid, y retomas el contacto con el trabajo, el tráfico, las prisas, el frío, etc.. Por cierto, que cuenta el periódico que el pasado viernes días 17 de mayo, Madrid fue la capital con la temperatura máxima más baja ¡en todo el mundo! Una pequeña de tregua, por favor..
12 comentarios:
Se ve maravilloso el resultado del trabajo de Manrique en Lanzarote. Quizá otro hubiera decidido que era imposible hacer algo decente y agradable sobre una superficie de lava.
Muy buenas las fotos, como siempre.
En la número 8 no me queda muy claro qué es algo que se ve como un ángulo diedro en la superficie de lo que parece ser agua.
Un abrazo.
¡¡Qué paraíso nos describes!!
Bonitas e interesantes fotos. Tienes razón que viéndolas, queremos más.
Cuídate y recuerda este viaje cuando Madrid te agobie.
Un saludo
Hola Roberto! En efecto. Y sobre todo que se adaptaba a la naturaleza, en lugar de prescindir de ella.
En cuanto a la foto 8, lo que se visita en esa parte del complejo es un tramo de tubo volcánico subterráneo, de unos 80-100 metros de largo, que tiene agua en su parte inferior formando una pequeña laguna. La foto 9 está tomada desde el otro lado de ese mismo tubo. La zona iluminada con escaleras en la foto 8, es una abertura natural que comunica el tubo con al exterior. Imagino que en ese punto se habría hundido la parte superior del tubo volcánico. Lo que se ve en la parte derecha de la foto 8 es el fondo de la laguna.
El diedro al que te refieres es un mero efecto de la luz. El ángulo de ese diedro discurre por la superficie del agua. No me explico muy bien por qué aparece.. parece como si hubiera algún elemento constructivo en la parte superior, de línea recta, que produjese en la superficie del agua una separación entre la zona de luz directa y la zona de penumbra, pero allí no me fijé en eso.
Un abrazo
Hola Ángel. Pues sí, jeje, por lo menos queda el recuerdo.
Voy a subir una entrada más con fotos de la isla, espero que también te gusten.
Un abrazo
Precioso reportaje, Víctor. Imágenes y comentarios. ¡Saludos!
Aquí... una enamorada, declarada años ha, de César Manrique. Intregra su obra perfectamente en la naturaleza.
Qué buena memoria tienes que te acuerdas de aquellos baños que nos dábamos en la piscina amniótica ;-)
¡Ah!... el otro día escuché que hacía unos 30 años que no se vivía un mayo como el de 2013, con nevadas incluso. Va a cumplirse aquello de... "Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo".
La isla me encantó. Aunque árida tiene el encanto de ser todo un conjunto armonioso. Pocos colores, todas las casas blanquitas y todo impregnado de la mano de César Manrique, que contribuye a ese equilibrio.
Muy bien elegidas las fotos!!
Muchas gracias Antonio, me alegro que te haya gustado!
Un abrazo
Gracias Leve. A mi también me ha gustado mucho Manrique.. es el contrapunto perfecto al atorrante de Calatrava. La pena es que éste último haya pillado la época del dinero fácil, y eso le haya permitido cometer obras a go-go.
Yo lo que tengo es memoria selectiva, jeje.. o eso es lo que me dicen :-)
Aquí ha empezado a hacer algo de calor esta semana, cuando estamos ya a 36 de mayo.. ¡parece que el refrán se confirma!
Un abrazo
¡Tenemos que ir pensando cuál va a ser la próxima isla! :-)
Besos
Se ve que Manrique y Lanzarote van de la mano, debe ser el toque distintivo del lugar ir a visitar alguna de sus construcciones. La piscina está increíble pero lo que aún no sé es si esa sala blanca rodeada de roca volcánica se me hace apta para el relajamiento del alma jeje.
Como siempre, tus fotos de viajes son dignas de revista. Veremos que más nos cuentas al respecto...
Beso y abrazo.
Sí, definitivamente van de la mano! Y me alegro que te gusten las fotos! :-)
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