Voy a comentar una noticia que sale hoy en el periódico “Qué!” Pese al nombre que le han puesto, está en la línea del resto de periódicos gratuitos: colocan las noticias de agencia, copian algo de lo que sale por la tarde en las ediciones digitales de los periódicos de pago, añaden un par de columnitas de opinión más unas cartas al director, y asunto concluido. Tienen voluntad de ser serios, y te enteras más o menos de lo que pasa.
Descrito el marco, vayamos al cuadro. La noticia tiene el siguiente titular: “Mata a su padre y se come su corazón”. Automáticamente piensas en un chiflado al que le han mencionado la palabra que no debían, lo ha visto todo rojo, y ha cometido una atrocidad de forma inconsciente arrastrado por su enfermedad. Hasta ahí, lo de todos los días.
Lo que me ha llamado la atención es el subtítulo de la noticia: “Lo cocinó a la provenzal”
¡Lo cocinó a la provenzal!... Desde que lo he leído estoy haciéndome una pregunta, que son dos: ¿Cómo han acabado esas palabras impresas en el periódico, y con qué intención?
La primera pregunta tiene varias respuestas posibles: que el policía que investigara la escena del crimen advirtiese restos de ajos y tomates en la cocina, o en el mismo plato del crimen, y quisiera dejar en el atestado constancia expresa del estilo culinario al que había sido cocinada la víctima; o que el asesino, sorprendido en la mesa, gritase algo así como “yo no les acompaño a ustedes a ningún lado hasta que no me haya terminado este corazón a la provenzal”, confesando de plano el plato elaborado; o que el periodista se lo sacase de la manga, etc… Vete a saber.
La intención (elemento volitivo sólo atribuible al periodista) también es dudosa: podría ser un toque de humor negro, que no estaría del todo mal (la madre del cocinero y esposa del cocinado no terminará de verle la gracia, pero siempre tiene que haber un aguafiestas); o podría ser que el periodista considere que el estilo del plato es una noticia, y por eso nos la ofrece, para que estemos mejor informados; o podría ser que el periodista comparta el estado mental de nuestro querido protagonista y no valore la acción de comerse el corazón paterno como un acto último en si mismo, sino como una magnífica oportunidad que se nos presenta para alcanzar un fin ulterior, como es sacar de paseo al cocinillas que llevamos dentro y utilizar los ingredientes a nuestro alcance para preparar un sabroso corazón a la provenzal.
Por cierto, de vez en cuando voy a comer de menú a un restaurante peruano y tienen un plato muy rico, “anticuchos”, que son filetes de corazón de ternera. Están buenísimos, no me extraña que luego pase lo que pasa.
Para terminar, hoy ha muerto Simone Ortega. No sé, igual ha fallecido con el “Qué!” en las manos, pensando que no tenía ya más que hacer en este mundo, que hoy había salido publicada la última receta imaginable.
V
Hace 5 años
3 comentarios:
Ahora que leo esta entrada, me doy cuenta que se echa de menos en tu blog comentarios sobre comida y restaurantes. A ver si te animas, que seguro que hay gente asidua al blog que tiene mucho que decir en este tema.
Claro que habemos gente asidua al blog a la que adem�s nos encantar�a hablar sobre la comida t�pica de nuestros paises.
Respecto al an�lisis que haces de la noticia, yo creo que eso de "a la provenzal" ya cae dentro del amarillismo del periodista que redact� la nota porque, aunque sea cierto que lo cocin� as� como que esta de m�s ese dato, digamos que no aporta nada al hecho central que es el acto de canibalismo.
Bueno, por otra parte, felicidades por ser los campeones indiscutibles del futbol europeo, no soy asidua a ese deporte pero hay que reconocer el m�rito del equipo y la aficion espa�ola.
�Saludos a todos!
@Myriam: ya he puesto una receta, te toca darnos la receta de un plato típico de México.
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