sábado, 12 de julio de 2008

Besugo al horno

Bien, en atención al clamor popular hablaré un poco de comida. De lo cual estoy encantado, porque hay pocas cosas en el mundo que me gusten más que zampar. Este gusto por el buen comer es lo que me ha llevado, creo, al gusto por la cocina. Eso de prepararme con calma y a mi manera un plato que luego me voy a embaular, es algo que no tiene precio.

Conozco muchas personas a quienes les gusta la buena comida y, sin embargo, no se animan a cocinar. Pienso que eso sucede porque no lo han probado, creyendo seguramente que todo resulta mucho más complicado de lo que realmente es. Así que pensando en ellos escribo esta entrada, para ponerles un ejemplo de plato sencillísimo de hacer y rico a más no poder. Los que ya cocinen –especialmente las chicas, que parecen llevarlo en los genes- no aprenderán nada nuevo, me dirijo especialmente a esos hombres a punto de cumplir los 40 años que todavía no han se han acercado a una sartén por temor a que se vuelva contra ellos.

¿Hay algo más fácil que abrir una puerta, y luego volver a cerrarla? Pues eso es todo lo que hay que hacer para disfrutar de un magnífico pescado al horno. Los pasos completos son los siguientes:

1º.- Vamos a la pescadería a comprar el pez (besugo, lubina, dorada…). Las lubinas y las doradas ya son casi todas de piscifactoría, por lo que están bastante baratas (aunque sean pequeñajas). El besugo sale algo más caro, pero fuera de Navidad tampoco demasiado. Para dos personas hay que comprar un ejemplar de un kilo más o menos. Pedimos que nos preparen el bicho para el horno, con lo que nos quitarán las tripas y rasparán las escamas. La cabeza que la dejen en su sitio, qué manía con quitarla…El misterio insondable de las pescaderías son esas colas que suele haber, ¿es que no pueden poner más pescaderos? Por lo menos ahora se coge número, no hay que preguntar “quién es la última” para que “te dé la vez”.



2º.- Llegamos a casa. Nos relamemos a la vista del pez (en la foto, un besugo que ya forma parte de nosotros). Encendemos el horno a 180/190ºC y le calentamos durante 10 minutos. Cogemos una fuente, echamos un poco de aceite, ponemos el pez dentro, le echamos otro poco de aceite por encima, le ponemos sal y lo que nos apetezca (pimienta, plantas aromáticas, cada uno lo que le guste), y para adentro. Si es un bicho muy gordo se le pueden dar un par de cortes finos en los lomos.

3º.- El tiempo de cocción depende de cada uno. Esto es lo bueno de cocinar, que haces lo que te da la gana. A mí me parece que el punto perfecto se alcanza en el mismo instante en que el interior deja de estar crudo, ni un minuto más. Incluso si queda un pelín cruda la carne inmediatamente pegada a la espina no hace mal, el resto del pescado estará perfecto. En nuestro horno ese punto se alcanza, para un pez de un kilo, a los 20/23 minutos. Lo único que hay que hacer para que salga a nuestro gusto es repetir la operación 2 ó 3 veces, hasta cogerle el tranquillo. A partir de ahí, tendremos la posibilidad de repetir este plato magnífico todas las veces que queramos, como si estuviésemos en una cadena de montaje.
Esta sería la receta base, y no hay por qué hacer más. Si queremos variar un poco la preparación podemos echar un vistazo a libros de cocina y tomar ideas, pero la base no cambia.

El pescado al horno hay que acompañarle con algo, si no resulta una comida escasa. El día que nos zampamos al amiguito de la foto nos preparamos de acompañamiento unas patatas hervidas y doradas posteriormente a la sartén (se hierven hasta que quedan cocidas pero todavía algo duras, y luego se doran a fuego lento), y unos espárragos trigueros troceados y salteados (éstos se hacen a fuego lento también).







Lo que no hice fue una foto final del plato ya preparado antes de atacarlo, no me dio tiempo...
Y para beber un vino blanco, claro está. Un vino de Rueda de uva verdejo, por ejemplo.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto no se puede leer a unas horas en que el hambre hace de las suyas...desde luego que visto así lo de cocinar parece fácil...pero da una pereza....Una pregunta, ¿las patatas las hierves peladas o sin pelar?

Cuando queráis podéis invitarnos a comer a otro amiguito parecido, jejeje. Un saludo, Paloma

Myriam dijo...

Hola Victor!! aqui estoy para compartirles una receta adaptada por mi para comer tacos sin tanto remordimiento pues es bajo en grasas y alto en fibra, de hecho podria pensarse que es cuasi-vegetariano, la poca carne que se emplea realmente es para darle sabor, y creanme, se logra muy bien el sabor del tipico taco mexicano... y no es tan complicado prepararlo!

TACOS MEXICANOS
(para 5 personas)

Guiso:

2 Bisteces de res
1 Pimiento morron (de ese que ese que es de varios colores: rojo, amarillo, anaranjado o verde, pero que no pica)
3 Chiles poblanos (nombre cient�fico: Capsicum annuum, si no encuentran, que es probable fuera de Mexico, reemplazarlos por mas pimientos, de preferencia verdes)
3 Cebollas grandes (o mas si quieren que rinda para mas gente)
1 kg de tortillas de maiz (si las hay donde se encuentren, si no, a cuchara)

Salsa:

4 Jitomates pequenos
2 o 3 chiles picantes (o aji como los conocen en muchos lugares)
1 Ramito de cilantro

Sal
Limon
Pimienta
Tortillas de maiz (si las encuentran)
Aceite de olivo
Aguacate (opcional)



Procedimiento:

Se pican finamente todos los ingredientes que se listaron para hacer el guiso. Cuando ya estan, se pone en una cacerola aceite de oliva suficiente para que no se pegue la carne y se frie un poco. Cuando ya esta casi cocida, agregar los pimientos hasta que esten tiernos y despues se pone la cebolla. Se revuelve constantemente para que todo se mezcle bien, se le pone sal y pimienta. Siempre mantener la cazuela tapada para conservar los jugos de la carne y la verdura.

Para hacer la salsa se hierven los jitomates y los chiles hasta que esten cocidos y le licuan con sal, un poco de cilantro y un poco de agua suficiente para que no se atasquen los ingredientes.

Finalmente se calientan las tortillas y se sirve el guiso de carne y verduras, se le pone sal, limon, cilantro fresco picado y salsa al gusto y con una buena coca-cola bien fria o agua de frutas les aseguro que probaran el verdadero sabor mexicano. Provecho!!

Víctor dijo...

@ Paloma: en este caso peladas, pero ya sabes que las patatas también se pueden hervir y comer con piel, dicen que en la piel está lo mejor...mmmmmmmm esto me recuerda a las papas con mojo picón

@ Myriam: muchas gracias por esta receta tan mexicana que nos ofreces, y tan detallada. Tiene muy buena pinta, voy a hacerla un día y a documentarla con fotos para colgarla en el blog.

Lo que llamas "jitomates" ya he visto en internet que son nuestros "tomates". Más problemático será encontrar los chiles poblanos, pero seguro que hay algún sitio en Madrid donde los tengan, ya lo investigaré. Las tortillas de maiz sí las he visto, envasadas al vacío.

Gracias de nuevo.

Anónimo dijo...

A tu bisabuelo le encataria saber tu amor y arte por la comida y la cocina!

Víctor dijo...

Bienvenida por aquí Mati! Le encantaría...pero igual para ponerme de pinche en la cocina.

No sé si hace un siglo se valoraría tanto la cocina como ahora, pienso que no, que se comería por necesidad y no por placer. Bueno, quizás los muy muy ricos (as usual)...

Anónimo dijo...

hmmm.... yo creo que habria los que comerian por necesidad, como hoy tambien los hay, y los que lo harian por placer... si no fuera asi porque habrian inventado lo del pecado de la gula????
Uno de los mejores platos que he comido en mi vida fueron "rojões" en casa de un alumno mio, hará unos 38 años; gente pobre, que mataban el cerdo una vez por año, lo guardaban de distintas maneras (no tenian congeladores en aquel tiempo) y una de ellas era en forma de "rojões", la mejor parte. Luego los iban consumiendo en situaciones especiales. Creo que tener a la profesora de visita seria una de ellas. Iban acompañados de patatas hervidas con su piel. Todos nos serviamos de la misma fuente, sacando patata a patata, pelandola en el plato y acompañando con un trozo de cerdo,"rojão" (que tambien significa petardo, en portugués) cocinado, lentamente, en su misma grasa.
Mmmmmmmmmmmmm.... una delicia!

Víctor dijo...

Mati, lo que describes debe ser lo mismo que aquí llaman "carne de orza".

Orza, según el diccionario, significa "Vasija vidriada de barro, alta y sin asas, que sirve por lo común para guardar conserva"

Nosotros la comimos hace algunos años en un pueblo de montaña, de esos que quedan aislados por la nieve en invierno (hoy por pocos días, pero seguro que antiguamente durante semanas), y donde debía ser importante tener provisión de alimentos.

He buscado en internet la receta y la he encontrado (¡cómo no!) bajo el nombre "lomo de orza". Copio lo que he localizado:

Ingredientes para 6 personas: 2 kg de lomo de cerdo fresco 2 l de aceite de oliva 1 cucharada de pimentón dulce 1 chorrito de aceite de oliva 1 cucharada de pimienta 1 cucharada de canela 1 cucharada de orégano 1 cabeza de ajos 1 vaso de vino blanco 4 hojas de laurel 1 limón sal

Preparación: Se ponen a marinar todos los ingredientes señalados en un recipiente lo suficientemente grande, durante una semana. Transcurrido este tiempo se retira el lomo y se hace trozos para freirlo en una sartén con abundante aceite. De esta manera el lomo se puede guardar en una orza conservado en aceite de oliva de 4 a 6 meses.

Categoría: Segundo plato
Tiempo de preparación: 1 hora (1 semana para marinar los ingredientes)
Temporada: Invierno

¿A que debe ser lo mismo?

Efectivamente estaba riquísimo. Y no hay ningún motivo para que no pudieran servir ese plato en un restaurante de postín, todo lo contrario.

Incluso se me está ocurriendo....bueno, mejor no, no me cabe una orza en casa...

Anónimo dijo...

Veo que esto se va animando con muchos comentarios. ¡Qué bien!

Aprovecho para saludar a Mati: Hola guapa, es un gusto verte (o mejor dicho leerte) por el ciberespacio éste!!

A lo que iba: ¿una orza en casa? Lo que me faltaba....Sin comentarios.

Anónimo dijo...

Si, Victor, deve ser algo así, solo que aqui no lo guardan en aceite pero en la misma grasa del cerdo.Debe ser la dieta atlântica, menos saludable que la mediterrânica!
Ya tienes la orza en casa, Clara?

Anónimo dijo...

Mati, creo recordar que el que nosotros probamos también estaba macerado en su propia grasa.

Y, contestando a tu pregunta, afortunadamente, no tengo la orza en casa.